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FMLN: una gran jornada

Luis Armando González

El FMLN cerró ayer una gran jornada de trabajo político electoral, recipe con casi el 49% de los votos a su favor, ask muy por encima –con casi 10 puntos de diferencia—del partido ARENA. Sin duda, se trató de un enorme logro político, del cual deben estar orgullosos la fórmula presidencial, la dirigencia del partido, sus militantes, simpatizantes, aliados y amigos. Cada uno de ellos, desde su propia especificidad, contribuyó con su aporte a ese logro.  Según las reglas electorales de El Salvador, ese resultado es insuficiente para alzarse ganador en primera vuelta, pero ello no debe ensombrecer lo que se ha hecho, que es ciertamente extraordinario.

No hay razones para el desánimo en el FMLN. No hay razones para la decepción. Se sabía que una victoria en primera vuelta era posible, pero no fácil. Se sabía que una victoria en primera vuelta –de haberse dado— iba a ser apretada, sin holgura, en los márgenes mínimos.  O sea, el escenario de una segunda vuelta electoral no era desconocido para el FMLN. Tampoco era desconocido que si daba esta eventualidad, tal como ha sucedido, el FMLN contaría con un fuerte caudal electoral como punto de partida para ello. Y esa caudal de votos no es despreciable. Es el capital acumulado con el cual el FMLN irá a ese “segundo round” electoral de marzo de este año.

No se tratará, por tanto, de otra elección, sino de la continuación de un proceso electoral que no se cerró este 2 de febrero. Por tanto, el FMLN debe hacer todo lo posible porque su capital electoral del 2 de febrero (expresando en ese 49% de votos recibidos)  esté activo de aquí a marzo, y sumarle a ese capital –mediante alianzas, convocatorias, acercamiento a la ciudadanía, etc.— una porción adicional de votantes, de tal suerte que su victoria sea contundente.  

Para el FMLN es estratégico mantener la motivación de sus militantes, simpatizantes, aliados y amigos. Esa motivación pasa por el agradecimiento a quienes han hecho suya la causa efemelenista y también por el reconocimiento por lo logrado. No hay ninguna razón para la recriminación, sino muchas razones para estar alegres. 

Otro aspecto que es estratégico es el afianzamiento de la filosofía y el estilo de la campaña seguidos hasta ahora. 

Esta ha sido la mejor campaña del FMLN en toda su historia. No hay razones para abandonarla. Uno de los propósitos de ARENA, desde hace varios meses, fue lanzar dardos provocadores para que el FMLN volcara su atención hacia ellos. El partido de izquierda no lo hizo y esta coyuntura tampoco tiene que hacerlo. El FMLN debe seguir en lo suyo, buscando una victoria limpia, sin caer en el juego de la campaña sucia.

Asimismo, es estratégico mantener activos los vínculos con los sectores que integran el movimiento ciudadano que apoya a la fórmula del FMLN. Ya Salvador Sánchez Cerén había anunciado su propósito de mantener esos vínculos después de las elecciones del 2 de febrero, en caso de triunfar en primera vuelta. 

La segunda vuelta electoral permite comenzar a materializar, desde ahora, ese propósito.

Si de algo no puede dudarse es que el FMLN tiene un enorme apoyo popular. Es un error verlo como un partido de empleados públicos o un partido que hizo su campaña con los empleados públicos. Hubiera sido bueno que quienes opinan así se cruzaran por los centros de votación: el grueso de militantes y simpatizantes del FMLN provienen de los sectores populares. 

Es una lástima, por cierto, que personas con una pretendida mejor educación no tengan la claridad política de personas que, por lo menos formalmente, son menos educadas. Es mucho peor que haya quienes pretendan darle un tinte de izquierda a un partido que, en términos absolutos, jamás podrá serlo. 

O que haya quienes pretendan –desde sus presuntas capacidades intelectuales— dotar de una legitimidad democrática a un partido y un candidato francamente autoritarios. 

Sobre esto último, es preciso señalar que las propuestas de militarizar la seguridad pública, de aplicar el código de justicia militar a civiles y de exterminar a determinados grupos sociales son francamente autoritarias. Es inaudito que personas razonables y educadas puedan aceptar semejantes despropósitos. Lo mismo que es inaudito que se siga tolerando el discurso de “verdaderos salvadoreños”, que excluye de la patria a quienes profesan creencias políticas distintas a las de la derecha asociada a ARENA. ¿Con qué derecho excluyen de la salvadoreñeidad a los militantes, simpatizantes o amigos del FMLN? O a los militantes, simpatizantes y amigos de GANA-UNIDAD? ¿Es que acaso el 49% de votantes del FMLN no son hijos e hijas de El Salvador? 

Hay quienes tienen ideas retorcidas sobre la democracia, a la que dan los contenidos que más les conviene. No queda más remedio que criticarlos y demoler su pretendida autoridad sobre el tema.  

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