José Roberto Osorio
Sociólogo
En el Mercurio de Chile, pharm en la edición del 29.09.2014, illness Joaquín Lavin, advice ex ministro de Educación de ese país, examinando temas locales se preguntaba: “…..¿por qué en Chile un médico puede soñar con llegar a tener una clínica, un arquitecto su taller, un abogado su estudio, pero un profesor nunca más va a poder soñar con tener su propio colegio?…”
La cita viene a propósito de recomendación que asimismo se ha planteado para el país: crear formas asociativas de producción de servicios educativos, propuesta que surge de la misma pregunta que se ha formulado el articulista del hermano país del Sur. ¿Pueden aspirar los maestros a tener sus propios centros educativos? O, ¿deben conformarse con ser empleados públicos o del sector privado? Considerando incluso que hay cientos de profesores sin empleo y que además muchas personas se encuentran estudiando esa carrera, abrir nuevas formas de prestar servicios educativos es una evidente necesidad.
La estrategia va al encuentro de diversificar las modalidades de prestación de servicios educativos, abrir nuevas fuentes de empleo en un sector de extraordinaria importancia para el país y contribuir de manera efectiva a elevar la calidad de la educación que se sirve por otros prestadores del servicio, aumentando la sana competencia entre las diversas organizaciones.
La ventaja de la propuesta es que la administración pública no debe invertir un solo centavo en esta modalidad de ofrecer servicios educativos. Solo debe tomar decisiones eficaces y pertinentes, estimular la iniciativa y en todo caso promover que los servicios financieros, de los cuales hay una gama interesante, diseñen líneas de crédito accesibles a quienes deseen aceptar el reto de organizarse para dar educación de calidad y generarse su propia fuente de ingresos, mucho más sostenible que otras, al tiempo que contribuyen con el país. Es probable que la cooperativa pudiese ser la forma en que inicialmente se de forma a esta posibilidad, pero no debería descartarse otras formas asociativas. En Chile según la misma nota, se han organizado y funcionan las “Sociedades Educacionales”.
Lo único que corresponde al Estado y a su expresión coyuntural, es promover la iniciativa, acreditar los centros educativos, concediendo amplias facilidades para su creación y funcionamiento y cumplir eficazmente la normativa que permita asegurar niveles mínimos de calidad de la educación que se imparta en los nuevos centros educativos.
Una condición interesante es que la forma asociativa de producción de servicios educativos, es una garantía para madres, padres y en general las familias de que los costos no serían excesivos o inalcanzables, facilitando a varios usuarios de servicios públicos para que se cambien a modalidades que pudiesen ofrecer mayor calidad, que requieren más de su participación activa y responsable y con cuotas totalmente a su alcance. Esto permitiría al Estado focalizar los servicios educativos, lo cual sería una buena medida, si se tiene en cuenta la situación fiscal del país.
Asimismo, según el articulista comentado, en su país funciona bien desde su creación la Beca de Vocación de Profesor -BVP- que se otorga a los estudiantes que obtienen las mejores calificaciones en el nivel anterior y que deseen estudiar la carrera de educación, comprometiéndose a trabajar al menos tres años en un colegio vulnerable, lo cual podría complementar los esfuerzos para fortalecer la calidad de la educación en nuestro país.
Teniendo en cuenta que en la última parte del Art. 54, la Constitución de la República establece que: “… Se garantiza a las personas naturales y jurídicas la libertad de establecer centros privados de enseñanza” y en el Art. 57 señala: “… El Estado podrá tomar a su cargo, de manera exclusiva, la formación del magisterio”, hay bases legales e incluso mandatos, para poder adelantar estas iniciativas.