1. Comer Bien
Los alimentos que come- y que no come- desempeñan un papel sumamente importante en su memoria. Los vegetales frescos son esenciales, así como las grasas saludables y evitar el consumo de azúcar granos y carbohidratos. Puede encontrar información detallada sobre los nueve alimentos para reforzar su capacidad intelectual, aquí.
Por el ejemplo, el curry, el apio, el brócoli, la coliflor y las nueces contienen antioxidantes y otros compuestos que protegen su salud cerebral e incluso estimulan la producción de nuevas células cerebrales.
Aumentar el consumo de grasas omega-3 de origen animal y reducir el consumo de grasas omega-6 dañadas (provenientes de aceites vegetales procesados) con el fin de equilibrar su proporción entre las grasas omega-3 y omega-6, también es importante.
El aceite de coco es otra grasa saludable que refuerza la función cerebral. De acuerdo con la investigación de la Dra. Mary Newport, tan sólo dos cucharadas de aceite de coco (cerca de 35ml o 7 cucharaditas rasas) brindan el equivalente a 20 gramos de triglicéridos de cadena media (MCT), lo que está indicado como una forma de prevención contra la degeneración neurológica.
2. Hacer Ejercicio
El ejercicio hace que su cerebro trabaje a su capacidad óptima estimulando a las células nerviosas y haciendo que se multipliquen, fortaleciendo sus interconexiones y protegiéndolas del daño.
Durante el ejercicio, las células nerviosas liberan proteínas conocidas como factores neurotróficos. Uno en particular, llamado factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), libera muchas otras sustancias químicas que promueven la salud neural y benefician directamente las funciones cognitivas, incluyendo el aprendizaje.
Un estudio realizado en el 2010 sobre los primates y publicado en Neuroscience también reveló que hacer ejercicio de forma regular mejora el flujo sanguíneo al cerebro.
Este es un beneficio que los investigadores creen también podría funcionar en las personas. En otro estudio de un año de duración, las personas que hacían ejercicio de forma regular tenían un crecimiento del centro de memoria, uno o dos por ciento al año, en donde por lo regular el centro se deterioraría en tamaño.