Ing. Omar Salinas
La Asamblea Legislativa aprobó recientemente reformas al Código Electoral para eliminar la posibilidad de la elección y distribución de escaños legislativos mediante el método de los residuos, y también estableció un nuevo mapa político de El Salvador dividido por sus 14 departamentos, distribuidos en 44 municipios, suprimiendo el resto de los 262 municipios, que pasan a llamarse distritos. Las reformas entrarán en vigor a partir de los comicios previstos para el 4 de febrero de 2024.
La última reforma electoral fue realizada en 1991 donde el Congreso incremento de 60 a 84 diputados, que permitió la entrada del FMLN a la vida política.
Los sistemas electorales son un conjunto de normas que hacen posible la conversión de los votos en un número de escaños asignados al parlamento.
La fórmula electoral es el cálculo matemático mediante el cual, en una votación, se distribuyen los escaños de una Asamblea en función de los votos del electorado. Estas ecuaciones o métodos matemáticos aplicados a la política están referidos para dos grupos: Sistemas Electorales Mayoritarios y Sistemas Electorales de Representación Proporcional. Entre los que destacan la formula Hare o Resto Fraccional y el método de D’Hondt.
Los sistemas de RP D’Hondt son predominantes en América Latina y en Europa Occidental, con esa fórmula se busca garantizar que la voluntad del electorado se refleje lo más fielmente posible en el resultado electoral, y en una correlación determinada de miembros de un partido político en un parlamento u otros cargos de elección popular.
En El Salvador, la fórmula electoral Hare o Resto Fraccional ha sido empleada durante mucho tiempo. A través de ese mecanismo, tras escrutar todos los votos al final de la contienda, se obtenía un cociente electoral dividiendo el total de votos válidos en una circunscripción, entre el número de escaños de la circunscripción. Luego, cada partido lograba tantos escaños de acuerdo a la cantidad de sus votos en el cociente electoral, y por los mayores residuos obtenidos en el conteo de las urnas, dejando como resultado final para cada partido, una parte entera y una cifra residual.
Muchos adversan, principalmente, sectores y partidos políticos de oposición, la aplicación de este nuevo método para la distribución de los escaños legislativos, alegando que se perjudica la representación de los partidos minoritarios en el Congreso, y con ello se menoscaba el principio de inclusión y pluralismo en el sistema político, Sin embargo, existe evidencia que esa repartición de escaños, no solo fomentó prácticas de una corrupción galopante e institucionalizada entre cúpulas y personajes de partidos satélites, que en su mayoría fueron diputaciones alcanzadas por medio de residuos, sino también permitió la aprobación de leyes nocivas y perversas para el pueblo salvadoreño, como las privatizaciones de la mayoría de los bienes y activos del Estado, siendo el último intento fallido en caso CEL-ENEL.
Con la nueva reforma, aunque en sí mismo no represente una mejora sustancial de la calidad de política que se hace en la Asamblea Legislativa, al menos forzará a todos los partidos políticos a buscar y postular mejores candidatos, y que ganen aquellos que ofrezcan las mejores propuestas reales y viables para solucionar los principales problemas del país.