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Foro de Davos, Banco Central Europeo en el marco de políticas de salvataje del capitalismo y la contradicción de clases expresada en el triunfo de la izquierda en Grecia

Tomado de Carta Económica

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La desigualdad como expresión de la crisis de sobreacumulación se acentúa. Esto se contextualiza con resultados económicos poco satisfactorios y la búsqueda de relanzar el proceso de acumulación con políticas que, sale al subestimar la contradicción capital-trabajo, troche puntualizan el exacerbo de capital ficticio que con el  programa de Europa significará una expansión monetaria por más de 7 000 millones de millones de dólares y alimentan una burbuja que necesitará estallar para corregir los problemas de acumulación. Al mismo tiempo, los pueblos siguen luchando por quitarse la represión  económica del modelo neoliberal que los obliga a pagar la crisis que ha generado dicho modelo, con el objetivo de salvar del sistema financiero, el pueblo de Grecia logra avanzar y se profundizan las contradicciones capital-trabajo. Así se vislumbran dos efectos dominó posibles que ahondarán la crisis del capitalismo europeo y mundial: el contagio a todo el sistema financiero mundial si Grecia no sigue la receta de pago y el contagio político de un mayor deterioro de la democracia burguesa en la medida que partidos que no han formado parte del poder dominante tomen el control de los gobiernos  de los países altamente endeudados como España, Portugal, Italia, etc., y decidan no seguir las recetas del Fondo Monetario Mundial y el Banco Central Europeo (BCE) como lo hizo Grecia; este doble efecto dominó puede acelerar hasta el proceso de desarticulación de la Unión Europea y el Euro.

El bajo crecimiento en las economías se mantiene, Europa inicia una política de estímulo monetario de 60 mil millones de euros mensuales con el horizonte de llegar a totalizar un estímulo de 1.29 millones de millones de dólares, algunos analistas como  Michel Martínez del Banco francés Société Générale estima, que  “El Banco Central Europeo será cinco veces menos eficiente que los Estados Unidos” (traducción libre);  Japón mantiene su agresiva política monetaria y ya ha desembolsado 1.4 millones de millones de dólares en estímulos monetarios en su última ofensiva que comenzó en abril del 2013; Estados Unidos mejora cifras de crecimiento con base a la expansión del mecanismo de la deuda, pero que con las últimas cifras de crecimiento del último trimestre del 2014, éste llegará a 2.5% y no 3.5 como se había anunciado, para estos resultados  se han desembolsado casi 4.5 millones de millones de dólares y no corrigen además la amenaza de la deflación; China ha presentado sus peores cifras en 24 años; América Latina enfrenta bajos precios de sus exportaciones y salida de capitales.

En total las economías más ricas del mundo estarían invirtiendo más de 7 mil millones de millones de dólares para refuncionalizar el capitalismo y continuar la lucha en contra de la recesión y deflación, esto combinado con el mantenimiento de las tasas de interés reales negativas1, a la par del empeoramiento de las condiciones de vida de las clases trabajadoras, mediante incrementos de la tasa de explotación, para tratar de relanzar la tasa de ganancia y salir de la crisis de sobreacumulación.  Este paquete de medidas de refuncionalización del capitalismo se complementa desde los últimos meses del año pasado hasta el presente con el ataque frontal a los países productores de petróleo, logrando reducir en más de un 50% su precio y logrando así otro mecanismo de rentabilización de la economía2,  a partir de reducir los costos en la energía y estabilizar el capital industrial y  liberar recursos en los hogares para activar en alguna media la demanda para palear la sobreacumulación.

Bajo este panorama se está realizando el Foro Económico Mundial en Davos, donde se reúnen sectores del capitalismo global para analizar el entorno económico y las condiciones de la acumulación, cada vez más, bajo una retórica de un capitalismo más humano. Recientemente se publicó el último informe sobre la distribución de la riqueza por OXFAM, que ratifica el aumento de la desigualdad en el mundo y se ha llegado a reconocer, incluso por el FMI, como un problema para el crecimiento ante economías prácticamente estancadas.

El Foro Económico Mundial es un evento en el que se reúnen representantes de diferentes facciones del capital global. En esta serie de sesiones  trataron los efectos de la caída del precio del petróleo, el riesgo de deflación en Europa, la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) y las reformas implementadas en los países afectados por la crisis como España, Grecia e Irlanda. De modo que un puñado de directores de grandes empresas transnacionales dará su posición sobre los problemas económicos mundiales desde un espacio, con una tarifa anual de 673 mil dólares y un costo aproximado de participación de 20 mil dólares.

Esto contrasta con los resultados del último informe de distribución de la riqueza de OXFAM3, que muestra para el 2014, que el 1% de la población mundial más rica acumula el 48% de la riqueza mundial. Del 52% de la riqueza restante, se encuentra mayoritariamente acumulada por el 20% más rico, de modo que entre el 80% de la población mundial más pobre se distribuye el 5.5% de la riqueza. De mantener la tendencia, para 2016 el 1% más rico de la población poseerá el 50% de la riqueza mundial total. En nuestro país 160 personas han acumulado una fortuna mayor a los 21,000 millones de dólares, casi el equivalente a lo que produce nuestro país en un año.

Entre los 10 mil millonarios más ricos, las actividades que les permiten acumular su fortuna son actividades financieras. En esta lista se incluyen compras apalancadas, gestión de inversiones, fondos de cobertura, sector bancario y gestión de fondos.

Esto muestra las consecuencias de un sistema capitalista sumergido en una crisis de sobreacumulación. Con políticas de liberalización y desregulación que permitieron ensamblar circuitos transnacionales de acumulación sustentados por una competitividad basada en el aumento de la tasa de explotación.

Es a partir de la década de 1980 que se agudiza la expansión de la tasa de explotación, coherente con la etapa neoliberal de la economía global. Esto implica que se ha desarrollado la contradicción capital-trabajo de manera que el capital como categoría social se ha impuesto avasalladoramente sobre la clase trabajadora, hasta estrangular su capacidad de reproducción. La necesidad de acumulación de capital,  como ley básica de su funcionamiento, ha creado las condiciones que ahora lo envuelven en una crisis de sobreacumulación, a la cual no le encuentran salida.

En este proceso, al centrarse en los circuitos transnacionales de acumulación, los sujetos que se vuelven protagonistas del entramado económico-político-social son las grandes empresas transnacionales y con ellas, los directores, CEO y representantes de este capital. Los mismos que ahora se encuentran reunidos en Davos para coordinar su estrategia de actuación. La retórica de un capitalismo verde o humano es simplemente una fachada para un proceso de privatización del desarrollo, de modo que se busca absorber iniciativas alternativas bajo la lógica del capital transnacional, un mecanismo sistémico de expoliación de valor.

Esto además, se puede ver expresado en el mismo informe de OXFAM que muestra el número de acciones de lobby por parte de empresas abiertas en cada uno de los ámbitos de la política de Estados Unidos, que indica que más de 3 mil acciones de lobby han sido tendientes a influir sobre el presupuesto federal y asignación de fondos federales, casi 2 mil acciones para influir sobre impuestos o temas de salud. Estos datos para Estados Unidos son reflejo de una práctica común global. De este modo, al expandirse la posición relativa del capital, las grandes empresas son parte determinante de la toma de decisiones en la política formal a nivel global y de los países, así cada vez más salen las voces pidiendo formalizar un Gobierno Global, dominado por el capital financiero y los grandes millonarios a que se refiere el informe de OXFAM.

Es necesario considerar que la producción de ideas se corresponde a las condiciones de la producción material, de manera que, el modo de producción material determina el proceso de producción de las ideas. Así, un modo de producción con una estructura económica de clases, cuya búsqueda se centran en el proceso de acumulación de capital, sostiene un ideario colectivo que asegura las condiciones de reproducción del sistema.

De modo que el ámbito de la economía ha sido sistemáticamente vaciado de contenido político a través de criterios de matemática formal y tecnocratización de las decisiones. Esto, sin tomar en cuenta que el estudio de la economía, al evaluar las condiciones del capital social en su conjunto, está plagado de contenido ideológico que, si no se reconoce como tal, carece de posibilidades de desarrollo como investigación científica y se queda en el plano ideológico.

Este proceso ha llevado a generar economistas con formación neoclásica incapaces de reconocer las relaciones sociales subyacentes a los movimientos de las variables económicas. Así, las políticas de estímulo monetario que recién abandonó la Reserva Federal Estadounidense y comenzará a aplicar el BCE, respaldado por el FMI, son incapaces de relanzar el proceso de acumulación, dado el carácter de clase del exceso de liquidez global, en control del capital transnacional.

La compra de bonos por 60 mil millones de dólares de parte del BCE implica un programa que inyectará a la economía europea 1.29 millones de millones de dólares, hasta finales de septiembre de 2016. En este proceso se busca, además de impulsar inversión y consumo, transmitirse a la inflación, dado los riesgos de deflación de la región.  El BCE comenzará a comprar deuda privada, pero sobre todo soberana, en el mercado secundario, de modo que aumenta su base monetaria con lo que busca crear inflación. Mientras el balance total de la FED estadounidense se ha duplicado, de 2 billones a 4.5 billones de dólares, el balance del BCE se mantiene en 2 billones, a pesar de los temporales aumentos surgidos por el Programa para los Mercados de Valores y de Transacción Monetaria Outright, los programas de compra de deuda anunciados por el BCE en 2010 y 2012, respectivamente.

La compra de los bonos de parte del BCE implica que esos nuevos euros irán a los bancos centrales de cada Estado miembro, donde se encargarán de distribuir ese dinero entre sus instituciones financieras. Mantiene una estructura de riesgos compartidos. El 20% de las compras de activos estarán sujetas a una mutualización de riesgos entre el BCE y los bancos centrales nacionales y el 80% tendrá que ser absorbido por los bancos centrales nacionales. De esta manera, los riesgos de impago de deuda por alguno de los países de la Eurozona podrían ser soportados por bancos de los miembros de la zona. Esta maniobra permitiría mantener el atractivo a inversionistas e instituciones financieras para continuar los flujos de crédito en la región. Como se expresa en el anuncio, “el objetivo es recuperar la confianza en la sostenibilidad del endeudamiento”.

Es decir, que la política de expansión monetaria europea busca robustecer el mecanismo del crédito y el sistema financiero, luego de fuertes crecimientos de la deuda soberana de países de la Eurozona. Grecia pasó de una relación de deuda con PIB de 107.2% en 2007 a 174.2% en 2014, España alcanzó el 98.6%, luego de comenzar con un 36.3% en el mismo periodo. Sin embargo, al mantenerse la posición relativa de clase, los estímulos monetarios alimentan la expansión del crédito y el capital ficticio. Esto se puede comprobar con la reacción de las bolsas con el anuncio del BCE. La bolsa italiana subió 2.44%, el CAC de Francia 1.52%, Alemania 1.32% y en Londres 1.02%. Por su parte, la bolsa española subió 1.7 por ciento para batir los 10 mil 500 puntos por primera ocasión desde 2010.

Como respuesta a esta embestida del capital para ampliar sus posibilidades de acumulación, los pueblos en Europa han construido resistencias y alternativas. Las recurrentes manifestaciones populares en contra de los ajustes impuestos por la Troika Europea (BCE, FMI y Comisión Económica de la UE) a condición de millonarios préstamos bajo la etiqueta de programas de rescate. Como concreción de esta lucha, el partido griego de izquierda Syriza ha logrado una victoria electoral con la que alcanza el gobierno en Grecia con una propuesta que se contrapone totalmente al esquema de austeridad neoliberal.

El programa propuesto por Syriza incluye la contratación de trabajadores despedidos bajo el contexto de los programas de ajuste, incremento al salario mínimo a 751 euros, restablecimiento de convenios colectivos, nacionalización de organismos y empresas privatizadas, aumentar el gasto en seguridad social y  pensiones. Esto, financiado con una reforma fiscal con mayores tasas impositivas al capital de modo que se fortalezca la progresividad fiscal. Estas medidas implican una ruptura con el modelo de las reformas dictadas por el capital transnacional a través de la Troika Europea.

Además, se plantea una renegociación de la deuda del país, bajo cuatro componentes. El pago de la deuda siempre que haya crecimiento y no provenga del presupuesto griego, una moratoria sobre los pagos, la compra de bonos a través del programa mensual del BCE y negociación de una quinta parte de la deuda griega.

Grecia mantiene una deuda de 142 mil millones de euros al fondo de rescate temporal, 53 mil millones a préstamos bilaterales de Estados de la Eurozona, 27 mil millones por bonos en manos del BCE y otros bancos centrales del euro, 24 mil millones al FMI y otros 70 mil millones de euros a bancos de todo el mundo, según los datos del Banco Internacional de Pagos (BIP) en su informe de junio 2014.

La exposición bancaria a una moratoria griega es absorbida 39% por la banca alemana, mientras que entre los demás socios europeos se reparte un 32%. La banca francesa, italiana, belga, irlandesa y portuguesa ha bajado casi un 90% su tenencia de deuda griega, España la ha rebajado un 53%, mientras que Alemania un 15%. De este modo, la política que busca llevar a cabo el gobierno griego podría tener un efecto de arrastre en la liquidez de la banca de las demás economías europeas, a pesar del programa del BCE.

También, la victoria de Syriza implica un quiebre en el ámbito político de la Unión Europea. Actualmente, en las discusiones sobre las sanciones a Rusia en el Consejo extraordinario de Ministros de Exteriores de la Unión Europea, la posición griega se encuentra dirigida hacia el veto de las sanciones, en un espacio donde las decisiones deben ser por unanimidad. De este modo, Grecia, en este nuevo rumbo, podría estar construyendo mejores vinculaciones con bloques económicos alternativos a la hegemonía occidental.

Además, en los países europeos, el triunfo de Syriza parece dar una mayor fuerza a una izquierda incipiente que se está levantando desde los movimientos populares, de indignación, movimientos de ocupación y alternativas políticas fuera de los esquemas graníticos de la Troika Europea, como en el caso del movimiento político “Podemos” en España, que además de haber ganado cinco escaños en el Parlamento Europeo, en las encuestas para el 2015 ya se proyecta como un posible ganador, superando a la Social Democracia y al partido de derecha PP.

La asamblea ciudadana que celebró en octubre del 2014 el Partido Popular, nacido de las contradicciones de clase en el centro de la crisis económica española,  aprobó cinco documentos: en defensa de la educación pública, contra la corrupción política, por el derecho a la vivienda y contra los desahucios, por el derecho a la salud y por una reestructuración de la deuda externa tras pasar por una auditoria4;  temas que pasaron a formar parte de la línea política del partido y que marca igual que en Grecia una confrontación total a los programas económicos de la Unión Europea, El Banco Central Europeo, el FMI, lo que sin duda, de dar este rompimiento a los partidos tradicionales del sistema, se generaría un debilitamiento mayor a la Unión Europea y su economía y el dominio de los tecnócratas vinculados al gobierno de Ángela Merkel en Alemania y a Christine Lagarde del FMI. La celebración de la asamblea de “Podemos” repercutió también en el número de miembros del partido, que pasaron de 131 000 a 150 000 inscritos en 24 horas y ahora ya totalizan más de 200,000 miembros5.   

En Estados Unidos, que mantuvo una política de expansión monetaria similar, existen indicadores de recuperación del crecimiento, para 2015 el FMI proyecta un crecimiento del 3.6%, pero con las últimas cifras del último trimestre del año 2014, que da a esta economía un crecimiento del 2.5%, sin duda esta tasa tenderá a ser revisada a la baja. Los datos de desempleo parecen mejorar, no obstante el alícuota de trabajadores a tiempo completo en el total ha disminuido, de modo que las mejoras en las estadísticas se deben a que la recuperación del empleo se genera a costa de su precarización, es decir, a una disminución en los salarios nominales y reales recibidos por la clase trabajadora, recordando como ya hemos demostrado en otros artículos que las cifras de desempleo están totalmente subestimadas por no incorporar a las personas, que masivamente ya no reportan estar buscando empleo, aunque sean desempleados, y que algunos pasan a la pauperización.

Además de los datos del mercado laboral, en el último trimestre el gasto del Gobierno Federal disminuyó resultado de una baja en el gasto militar, así también en las zonas petroleras de Texas la actividad económica se ha contraído, igual está sucediendo con los proyectos nuevos en este sector por tener altos costos de explotación, esto resultado de los bajos precios del petróleo. Estos elementos de fragilidad no han ocasionado la reactivación en la demanda esperada por la crisis del petróleo alimentada por los Estados Unidos de Norteamérica, por lo que  han llevado a algunos sectores  a señalar la necesidad de regresar a la política monetaria expansiva.

Para Japón, se mantiene un lento crecimiento, las revisiones de las proyecciones del FMI los ubican en el 0.6%, a pesar de mantener su agresiva política de inyección de liquidez. Es decir, que al no tomar en cuenta las relaciones sociales subyacentes y mantener una economía tecnocrática, los mecanismos clásicos de refuncionalización de la economía fracasan.

La incapacidad de relanzar el proceso de acumulación da cuenta de la contradicción fundamental del capitalismo entre el capital y el trabajo. Esto se refleja en la polarización de la puja distributiva de la riqueza que, al comprender el capital como una categoría social se puede entender la importancia adquirida en los espacios de coordinación del capital como el Foro Económico Mundial, el Grupo Bilderberg, el Fondo Monetario Internacional, entre otros.

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