Redacción Nacionales
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El Foro del Agua expresó su preocupación y rechazo ante el anuncio del presidente Nayib Bukele de respaldar los intereses de las empresas mineras y avanzar en la reactivación de esta actividad, una industria que se caracteriza por ser contaminante, destruye y saquea los territorios donde opera.
“Expresamos nuestro profundo y rotundo rechazo a la reactivación de la minería metálica en El Salvador, puesto que implicaría transformar el país a un territorio de sed y muerte; ha sido una lucha de más de 20 años de la sociedad salvadoreña en su conjunto, por lograr la aprobación de la Ley de Prohibición Minera”, indicó.
El pasado 27 de noviembre, el presidente Nayib Bukele expresó, a través de las redes sociales, su fuerte interés en reactivar la minería metálica en el país. Desde ese día el mandatario se ha pronunciado a favor de las supuestas bondades, bendiciones y virtudes que posee la minería metálica, etiquetándola como una fuente de riqueza, motor de la economía, generadora de empleos dignos, verde, responsable, amigable con el medio ambiente, incluso, ha mencionado que se trata de una actividad económica para mejorar las condiciones ambientales.
Como Foro del Agua, espacio que articula a organizaciones ecofeministas, juntas de agua, iglesias históricas y a diversas comunidades que sufren en carne propia la sed, y que durante años han participado en la lucha contra la minería metálica, dando como resultado la emisión de la Ley de Prohibición a la Minería Metálica, la cual ha sido calificada como de absurda por parte del presidente Bukele,
La minería y su significado de muerte, destrucción ambiental, contaminación hídrica, fragmentación social, despojo de tierra, sed, hambre y concentración de la riqueza en un grupo reducido de familias, logró articular a las diferentes expresiones de la sociedad salvadoreña, en una lucha por la vida.
Los representantes del Foro del Agua explicaron que durante 2008 en El Salvador se hizo una estimación del impacto de 28 proyectos mineros, que en ese momento tenían permisos de exploración, dispuestos a extraer en total hasta unos 12 millones de onzas de oro y aproximadamente 78 millones de onzas de plata.
Al implementarse simultáneamente los proyectos mineros se requeriría remover diariamente unas 16 mil toneladas de mineral crudo y aplicar cada día 950 toneladas de cianuro, un tóxico cuyo contenido de unos 4 granos de arroz sería mortal de manera casi instantánea para una persona adulta, utilizarían diariamente 22 millones de litros de agua para el proceso de lixiviación y 164 millones de litros de agua para el bombeo del agua subterránea en el sistema de galerías de extracción
Se estima que las concentraciones de los distintos tóxicos que podrían liberarse en los proyectos extractivos, los drenajes ácidos, en razón a todos los contaminantes considerados, alcanzarían niveles superiores o muy cercanos a los límites máximos permitidos para agua potable y el agua de sistemas acuáticos.
“La minería, independientemente de su tipo, se trata de una actividad intrínsecamente insostenible, ya que implica la explotación de bienes no renovables, mediante procedimientos destructivos o contaminantes, como la trituración, la molienda, el lavado y clasificación de los minerales, la refinación, entre otros”, expresó el Foro del Agua.
Los impactos de la contaminación y destrucción ambiental a consecuencia de la reactivación de la minería metálica lo sufriría toda la población salvadoreña, pero en especial aquellas familias que se abastecen del vital líquido a través de las más de 800 Juntas de Agua de los departamentos donde se llevarán a cabo estos proyectos; además, la población empobrecida del Área Metropolitana de San Salvador (AMSS) que en un 35% se abastece de las aguas superficiales del río Lempa, potencial víctima de la contaminación minera.