Tegucigalpa / AFP
La oposición y el gobierno de Honduras chocaron el martes en su intento de seguir los esfuerzos para establecer un diálogo con mediación de la ONU destinado a superar la crisis política generada por denuncias de fraude en las elecciones de noviembre.
«Nos da mucha tristeza por el pueblo de Honduras que no se merece lo que hoy ha sucedido», afirmó el representante de Naciones Unidas en Tegucigalpa, Igor Garafulic, al dar por terminada la reunión del martes en la que se buscaban consensos para iniciar el diálogo.
En la reunión participaron representantes del presidente Juan Orlando Hernández y el oficialista Partido Nacional (PN, derecha), de quien fuera candidato de la izquierdista Alianza de Oposición Contra la Dictadura, Salvador Nasralla, y del exaspirante del Partido Liberal (PL, derecha), Luis Zelaya.
«Naciones Unidas tiene en el país a mediadores y facilitadores listos para iniciar un diálogo, en este minuto lamentablemente el nivel de desconfianza entre las fuerzas políticas hondureñas hace imposible avanzar», lamentó Garafulic.
Tony García, representante de Nasralla, declaró que el choque se dio porque el PN quiere tener un representante aparte del delegado del presidente y «es algo que no podemos aceptar».
«Si hay alguien a quien achacarle la falta de diálogo es al Partido Nacional», aseguró Enrique Ortez, representante de Luis Zelaya.
El expresidente derrocado en el 2009, Manuel Zelaya, que formaba una alianza con Nasralla, había exigido al gobierno emitir un decreto para garantizar que los acuerdos que surjan del diálogo sean vinculantes, algo que Hernández hizo el lunes con el fin de «consolidar la familia hondureña».
Manuel Zelaya criticó el decreto, al asegurar que «no es vinculante porque no menciona ni asume ningún compromiso el Congreso Nacional, único poder del Estado facultado para aprobar leyes con carácter obligatorio».
Asimismo, exigió «al dictador que usurpa las funciones de presidente que renuncie de inmediato y convoque a elecciones libres y transparentes».
La crisis estalló después de las elecciones del 26 de noviembre cuando simpatizantes de la alianza, encabezados por Nasralla y Manuel Zelaya, bloquearan las calles en diferentes regiones del país reclamando la victoria en las urnas y acusando a Hernández de fraude.
Sin embargo, la alianza se resquebrajó cuando Nasralla se apartó de Manuel Zelaya y ha solicitado al tribunal electoral la inscripción de su propio partido, Salvador de Honduras, cuyo proceso de registro está en marcha.