Clairefontaine/Francia/dpa
A cada paso vuelven los recuerdos de aquel horroroso 13 de noviembre de 2015. Durante el viaje de Clairefontaine a París, al ingresar al estadio, al cantar la Marsellesa. Sobre todo a Antoine Griezmann.
«Vuelven recuerdos a mi cabeza que he tratado de olvidar», dijo el 29 de marzo antes de regresar por primera vez al «estadio de Francia» para disputar un amistoso con Rusia.
Aquel día, mientras la gran promesa del fútbol galo se encontraba en el barrio de Saint Denis, su hermana estaba en la noche de los ataques en París en el concierto de Bataclan. Ella sobrevivió, a diferencia de la prima de Lassana Diarra, quien estará ausente de la Eurocopa por lesión
Además de Diarra, faltará solo Raphäel Varane entre los jugadores que estuvieron en la formación inicial en ese partido amistoso de noviembre ante Alemania. Mientras el balón rodaba, varios atentados terroristas sacudieron París, dejando al menos 127 muertos y más de 250 heridos.
Tres terroristas se inmolaron cerca del estadio y causaron la muerte de una persona. Los futbolistas permanecieron varias horas en las catacumbas del Stade de France esperando a que la situación se calmara.
Los planes eran aún más terribles e incalculables, ya que en realidad los terroristas habían intentado detonar las bombas durante el partido y en un estadio con casi 80.000 espectadores. Entre ellos, el presidente francés, Francois Hollande.
También la selección alemana soportó toda la noche en las catacumbas del estadio y a la mañana siguiente fueron acompañados al aeropuerto por una escolta policial.
En tanto, Hollande visitó a la selección de cara al partido inaugural ante Rumania este viernes y aseguró que se ha hecho todo para preservar la seguridad, aseguró el atacante André-Pierre Gignac.
Laurent Koscielny, defensa del Arsenal, recalcó que confía en las medidas de seguridad y que no teme por su vida ni por la de su familia o amigos.
Probablemente en París y en Saint-Denis nunca se olvidará el horror y el dolor, pero tampoco la unión de una nación y la compasión del mundo entero.
«Los acontecimientos del 13 de noviembre de 2015 han generado mayor solidaridad y el orgullo de ser francés. Esta sensación se acrecienta además porque somos el país anfitrión de la Eurocopa», dijo Didier Deschamps en una entrevista a la revista «France Football».
El seleccionador francés y su equipo debieron pisar un estadio tan solo cuatro días después de los atentados. El clásico en Wembley ante Inglaterra fue la única derrota de los «bleus» en los pasados diez meses.
Cuando el conjunto galo jugó ante Rusia en marzo, los jugadores ya sospechaban lo que les esperaba. «Antes de ser deportistas, somos seres humanos. Esto nos tocará mucho», dijo entonces el atacante Olivier Giroud.
«Nadie podrá olvidar lo que pasó, pero no podemos ir allí con miedo», subrayó Deschamps.