París/AFP
Alemania brilló tras derrotar 3-0 a la selección de Eslovaquia en Lille y avanzó con autoridad a cuartos de final despejando dudas sobre su potencial ofensivo, mientras que a Francia la rescató su soldado Antoine Griezmann, autor de un doblete con el que los Bleus remontaron 2-1 a Irlanda en Lyon y escaparon de vivir una tragedia en ‘su’ Eurocopa.
De esta forma, dos de los grandes favoritos al título siguen en carrera y soñando en cuartos de final, al igual que Bélgica, número dos mundial que
goleó 4-0 a Hungría en Toulouse, donde sufrió más de lo merecido frente a la rebeldía de una generación mágica que tiene buena proyección para el futuro, hasta que lo remató sobre el final con tres dianas en 13 minutos.
Bélgica, finalista en 1980, ahora chocará el próximo viernes en Lille contra la Gales de Gareth Bale en busca de las semifinales.
En cambio, alemanes y franceses conocerán hoy a sus adversarios de cuartos, tras el cierre de la fase de octavos con el cruce estelar Italia-España del Stade de France cuyo ganador desafiará a la Mannschaft, y un duelo desigual en los papeles entre la favorita Inglaterra y la revelación Islandia en Niza, cuyo vencedor heredará al anfitrión.
Boateng despide a Hamsik
Con un golazo de volea de Jerome Boateng desde fuera del área al minuto 8, el primero de su carrera internacional en 63 partido con los babaros, la Mannschaft abrió su festival de fútbol y goles contra la Eslovaquia de Marek Hamsik.
Mario Gómez aumentó el marcador al minuto 43 y Julian Draxler, que brindó la asistencia a Gómez con una gran acción, firmó el tercero en al 62, en una partido que no fue perfecto para los de Joachim Low, pues Mesut Özil falló un penal en el minuto 14 tras la tapada del arquero Matus Kozacik.
“Siempre se puede mejorar todo. Si queremos ir más lejos en la competición hay que mejorar algunos aspectos”, estimó Löw.
“Ellos han jugado muy bien. Han estado muy bien colectivamente desde el inicio de la competición”, afirmó el seleccionador eslovaco, Jan Kozak.
Griezmann al rescate
Flotando en el estadio de Lyon el morbo de la mano de Thierry Henry, aquella que había echado a Irlanda del Mundial de Sudáfrica-2010 en un
repechaje a cara o cruz, Irlanda se envalentonó con la idea de tomarse una merecida revancha casi siete años después, gracias a un penal anotado por
Robert Brady (2, segundo gol más rápido de la historia de la Eurocopa) después de una infracción infantil en el área de Paul Pogba.
Pero en el segundo tiempo, cuando los hinchas Bleus tenían los pelos de punta, el atacante del Atlético Madrid Griezmann lideró la remontada con dos tantos al minuto 57 y 61, de buena factura que devolvieron el alma al cuerpo al entrenador Didier Deschamps, que ha perdido a Kanté y Rami para cuartos por acumulación de amarillas.
“Fue difícil arrancar con ese penal”, relató el técnico galo. “No hay que calcular demasiado, los jugadores tienen que tener disciplina, pero a veces
somos mejores cuando ponemos algo de locura. Metimos ritmo y ahí es cuando somos más peligrosos”, añadió.
Francia pudo liquidarlo en los últimos minutos, pero quedó expuesta a algún susto que tuvo que desactivar el portero Hugo Lloris, quien logró el récord de capitanías de los Bleus (55).
“Para mí, ha sido como todo el año con el Atlético Madrid, ganamos 1-0 o por un gol de diferencia y sufrimos hasta el final”, dijo ‘Grizou’, el gran
héroe de una tarde en la que Pogba no funcionó y el nuevo ídolo Dimitri Payet tuvo chispazos intermitentes de calidad.
“Francia tiene un gran equipo y quizás es el favorito del torneo, ha jugado un gran segundo tiempo. Nosotros lo intentamos, pusimos presión y en el entretiempo pensamos que podíamos ganar”, reveló O’Neill.
Bélgica de cabeza a cuartos
Con un cabezazo de su central Toby Alderweireld al minuto 10, Bélgica abrió camino a un triunfo más costoso de lo que revela el marcador final.
En Toulouse, hizo respetar la lógica y cortó el sueño de Hungría, en un partido entretenido de
ida y vuelta que los Diablos Rojos no supieron rematar y dejaron con vida más de lo recomendable a una de las revelaciones de la primera fase.
Pero el once de Marc Wilmots concretó todo lo que había generado en 65 minutos anteriores, con dianas de Michy Batshuayi al 78, Eden Hazard al 80 y Yannick Carrasco (90+1), en un partidazo por fin para Kevin De Bruyne.
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