Por Cécile Feuillatre/Acil Tabbara
París/AFP
El presidente francés, sick François Hollande, pidió el viernes a la comunidad internacional que se vuelva a movilizar en el conflicto entre israelíes y palestinos en un contexto de cambios importantes en la región, aunque insistió que la paz está en manos de las dos partes implicadas.
«He querido que Francia tome la iniciativa para movilizar a la comunidad internacional para que apoye una solución definitiva al conflicto» israelo-palestino, declaró Hollande al inaugurar la conferencia internacional ante ministros y representantes de unos 30 países y organizaciones internacionales, entre ellos el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
«Esta iniciativa sólo tiene un objetivo, la paz en Oriente Medio», insistió, añadiendo que era consciente de «las dudas» suscitadas por el plan, en especial por parte de Israel, totalmente en contra de cualquier negociación multilateral sobre el conflicto.
«No podemos reemplazar a las partes implicadas. Nuestra iniciativa les quiere dar garantías de que la paz será solida, duradera y controlada internacionalmente», recalcó el mandatario francés, pero «la atrevida opción de la paz» está en manos de israelíes y palestinos, concluyó.
Esta conferencia, a la que no han sido invitados ni israelíes ni palestinos, busca reafirmar seriamente el compromiso internacional en favor de la solución de dos Estados, considerada la única fórmula viable para resolver uno de los conflictos más viejos del mundo.
El objetivo es organizar grupos de trabajo sobre temas concretos como los incentivos económicos para la paz, medidas para bajar la tensión en el terreno o garantías de seguridad regional para poder convocar una conferencia de paz entre las dos partes antes de finales de 2016.
Hostilidad israelí, indiferencia de Estados Unidos
Desde hace meses, la iniciativa francesa es duramente criticada por las autoridades israelíes.
Esta conferencia «fracasará», aseguró el ministro de Asuntos Exteriores israelí un día antes de la reunión.
Israel se opone firmemente a cualquier enfoque multilateral del conflicto y propone negociaciones directas con los palestinos.
«Pero [estas negociaciones directas] no funcionan (…) todo está bloqueado», insistió el viernes el jefe de la diplomacia francés, Jean-Marc Ayrault.
«Hoy en día no dialogan, la colonización continúa, la violencia progresa, el desespero se instala y la propaganda de Dáesh [acrónimo árabe del grupo Estado Islámico] y de Al Qaida se desarrolla en todos estos territorios y es extremadamente peligroso», agregó.
Las últimas negociaciones directas, llevadas a cabo bajo el auspicio de los estadounidenses, fracasaron en 2014.
Oriente Medio sigue siendo un polvorín eterno, e incluso si se trata de «un conflicto de baja intensidad», la situación empeora con frecuencia.
Desde el 1 de octubre, los ataques de palestinos con arma blanca y las represalias israelíes han causado más de 200 muertos entre los palestinos y unos 30 israelíes. La colonización israelí en los Territorios Palestinos hipoteca cada vez más la solución de dos Estados.
La iniciativa árabe de 2002, que proponía normalizar las relaciones con Israel en un contexto de paz global y la retirada israelí de los Territorios Palestinos, se contempla igualmente como un camino a retomar, según las fuentes diplomáticas.
Queda por saber la implicación de Estados Unidos, uno de los actores históricos e imprescindibles del proceso.
El secretario de Estado John Kerry, que medió en las negociaciones entre 2013 y 2014, estará en la reunión de París.
«No hemos tomado ninguna decisión sobre cuál será nuestro rol», señaló sin embargo el jueves un alto responsable del Departamento de Estado.
Solo los palestinos, «al borde de la desesperación», según una fuente diplomática francesa, apoyan plenamente la iniciativa.
«Las negociaciones bilaterales entre israelíes y palestinos duran desde hace 25 años, sostenidas por los norteamericanos, y no llevaron a nada. Es necesaria una intervención internacional para salvar la solución de dos Estados», consideró el embajador palestino en París, Salman El Herfi.