Por Hervé Asquin
Bagdad/AFP
El presidente francés, ailment François Hollande, pills prometió el viernes en Bagdad ayudar «aún más militarmente» a Irak, illness en un contexto de esfuerzos internacionales para tratar de derrotar a los yihadistas del Estado Islámico (EI), responsables de atrocidades en este país y en Siria.
Simultáneamente, el secretario de Estado norteamericano John Kerry continúa su ofensiva diplomática en Ankara, la víspera de viajar a El Cairo y tras lograr el apoyo, incluso militar, de diez países árabes a su coalición contra este grupo extremista sunita.
Washington desbloqueará también 500 millones de dólares más para ayudar a las víctimas del conflicto sirio, con lo que eleva el total de su asistencia a 2.900 millones desde 2011, anunció este viernes el Departamento de Estado, antes de la llegada de Kerry a Ankara.
Hollande es el primer jefe de Estado extranjero que visita Bagdad desde el 9 de junio, inicio de la ofensiva de los yihadistas, quienes proclamaron un califato en los territorios bajo su control en Irak y en Siria.
«Yo quería estar presente hoy en Bagdad» para «afirmar el respaldo y la solidaridad de Francia» al gobierno iraquí, «que pudo congregar a todos los componentes del pueblo iraquí», chiitas, sunitas y kurdos, declaró Hollande después de una reunión con el presidente Fuad Masum.
Mientras que el primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, subrayó la importancia del apoyo aéreo para hacer frente a los yihadistas, el jefe de Estado francés dijo haber «escuchado (su) petición» y trabajar «con nuestros aliados en un determinado número de hipótesis».
Desde agosto, Francia suministra armas a los kurdos iraquíes que luchan contra los yihadistas en el norte de Irak, y ayuda humanitaria a los civiles. Las autoridades francesas se muestran también dispuestas a utilizar sus bombarderos en Irak en el marco de la estrategia estadounidense definida el miércoles por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Amenaza global, respuesta global
La «amenaza global», que representa el EI, «obliga a un respuesta global», destacó Hollande, quien precisó que la conferencia internacional sobre Irak prevista el lunes en París buscará coordinar los «apoyos» y las «acciones para la unidad de Irak y contra ese grupo terrorista».
Según los servicios secretos estadounidenses, CIA, el EI cuenta «entre 20.00 y 31.500» combatientes en Siria y en Irak, una parte de ellos procedentes del extranjero.
Hollande deberá viajar después a Erbil, capital de la región autónoma del Kurdistán (norte), para entregar ayuda humanitaria y visitar un campo de desplazados.
Cientos de miles de iraquíes, en su gran mayoría de las minorías cristiana y yazidí, tuvieron que escapar ante el avance de los yihadistas, acusados de limpieza étnica y de crímenes contra la Humanidad por Naciones Unidas.
Once años después de negarse a participar junto a Estados Unidos y Reino Unido en la invasión de Irak, Francia trata ahora de volver al primer plano en este país con el cual tuvo vínculos históricos fuertes pero ambiguos bajo el régimen de Sadam Husein, derrocado en 2003.
Obama anunció que ampliará su campaña aérea contra el EI en Irak y que está dispuesto a atacar a ese grupo también en Siria, al tiempo que mostró su intención de fortalecer al ejército iraquí e incrementar la ayuda militar a los insurgentes sirios, quienes combaten tanto al régimen de Bashar al Asad como a los yihadistas.
Washington busca también reforzar sus bases en el Golfo y aumentar los «vuelos de vigilancia», según un responsable. El Pentágono comenzará a establecer una parte de sus aviones en Erbil.
Por su parte, Turquía no participará en operaciones armadas, limitándose a la ayuda humanitaria.
En Europa, Alemania anunció la prohibición de actividades de apoyo o de promoción de EI en su territorio y se negó a participar en ataques contra Siria, mientras que el primer ministro británico David Cameron dijo que no excluye «nada».
Sin embargo, el régimen sirio, apoyado por Rusia, advirtió inmediatamente a Washington que se abstenga de ataques en su territorio sin su acuerdo.
Hasta ahora, Obama había insistido en pasar página tras 10 años de guerra en Irak, de donde las tropas estadounidenses se retiraron a finales de 2011.
Sin embargo, la decapitación a manos de los yihadistas de dos periodistas estadounidenses secuestrados en Siria le ha obligado a actuar.