París/AFP
La lucha contra el fraude fiscal le permitió al Estado francés recuperar en 2013 unos 10.000 millones de euros, check en parte procedentes de cuentas secretas en Suiza y Luxemburgo, cialis y el arsenal represivo se endurecerá aún más con nuevas sanciones penales.
El Comité nacional de lucha contra el fraude presentó este jueves sus primeros resultados logrados en 2013, en conferencia de prensa en el Ministerio de Economía, en Paris, y en presencia de los ministros Michel Sapin (Finanzas), Christiane Taubira (Justicia), François Rebsamen (Trabajo) y Bernard Cazeneuve (Interior), además del Secretario de Estado del presupuesto, Christian Eckert.
Según el ministerio de Economía, en 2013 se detectaron fraudes fiscales por un valor de 18.000 millones, de los cuales 10.000 millones de euros lograron ser recuperados (1.000 millones más que en 2012).
La diferencia entre las sumas del fraude detectado y el dinero recuperado por el Estado se debe a que entre la detección del fraude, su notificación y el pago por parte del defraudador pueden pasar varios meses.
Por otro lado, el servicio de tratamiento de declaraciones rectificativas (STDR), creado en junio de 2013, tiene cada vez más trabajo.
Esta instancia insta a los poseedores de cuentas secretas en el extranjero a declararse al fisco francés.
Más de 23.000 «arrepentidos» se han presentado ya de forma espontánea para regularizar su situación. El importe promedio de sus haberes en el extranjero era de 900.000 euros. El 80% de los «arrepentidos» sujetos al fisco en Francia tenían cuentas en Suiza y 7% en Luxemburgo.
Solamente en este apartado, el Estado francés espera recaudar en 2014 cerca de 1.800 millones de euros.
Para el ministro Michel Sapin, interrogado el jueves por el diario Le Parisien, «la actitud de Suiza ha cambiado».
«En 2016, el asunto de las cuentas secretas en Suiza pertenecerá al pasado», augura Sapin.
El intercambio automático de informaciones, firmado ya por Francia con Estados Unidos en 2013, será ampliado a unos 40 países antes de fin de este año.
Los «arrepentidos» no se benefician ni de anonimato, ni de amnistía ni de posibilidad de negociación con la administración. Si se establece que los haberes no tienen un origen «oculto», la penalización fijada en 40% por la ley es reducida al 15%.
Estos «arrepentidos» deben pagar el «conjunto de las imposiciones eludidas y no prescritas», es decir pagar los impuestos que querían evitar, así como «los intereses del retraso» del pago, según una normativa del Ejecutivo francés.
El dinero así recaudado le va a permitir al gobierno francés financiar unas reducciones fiscales anunciadas recientemente para 3,2 millones de familias de recursos más modestos. De éstas, 1,8 millones –que estaban a punto de ser consideradas sujetas a impuesto o lo estaban desde el año pasado– quedarán exentas.