Por Dominique Chabrol
París/AFP
El movimiento político del nuevo presidente francés, el centrista Emmanuel Macron, creado hace apenas un año, intentará avanzar hacia una mayoría parlamentaria el domingo, en la primera vuelta de unas elecciones legislativas en las que los partidos tradicionales temen sufrir una amplia derrota.
Un mes después de su llegada a la presidencia, Macron, de 39 años, va camino de lograr una gran mayoría para llevar a cabo las reformas que prometió durante la campaña electoral.
«¿Ola o tsunami?», se preguntaba este sábado el diario francés Libération, según el cual «los electores parecen dispuestos a darle las riendas de la Asamblea a Emmanuel Macron».
Los últimos sondeos le atribuyen a su movimiento, la República en Marcha, el 30% de las intenciones de voto, muy por delante del partido de derechas Los Republicanos (20%) y el ultraderechista Frente Nacional (18%).
El partido de extrema izquierda Francia Insumisa lograría el 12,5% de los votos, y el Partido Socialista del expresidente François Hollande apenas obtendría el 8%, confirmando la derrota histórica que sufrió en la primera vuelta de las presidenciales.
«Por experiencia, sé que hay que hacer campaña hasta el final… Nunca se puede dar nada por hecho», declaró el viernes el primer ministro Edouard Philippe, en campaña en París, tránsfuga del partido de derecha Los Republicanos.
Una amplia victoria del movimiento de Macron confirmaría la sed de renovación política de los franceses, después de que el presidente mostrara su voluntad de acabar con las divisiones partidistas tradicionales al formar un Gobierno con figuras de derechas, de izquierdas y de la sociedad civil.
Las elecciones legislativas se celebrarán, una vez más, bajo importantes medidas de seguridad por la elevada amenaza terrorista que pesa sobre Francia, un país en el que una serie de atentados yihadistas dejaron 239 muertos desde 2015.
Eliminados en la primera vuelta de las presidenciales, los partidos tradicionales de izquierda y de derecha, que se repartieron el poder en los últimos 60 años, temen ser barridos por una ola azul cielo, el color del movimiento presidencial.
‘Logro político total’
Según varios sondeos, Macron podría obtener cerca de 400 diputados, muchos más que los 289 escaños necesarios para tener mayoría absoluta, aunque los expertos piden cautela debido a un nivel de abstención que podría alcanzar un récord desde 1958.
El presidente y su movimiento siguen «una estrategia de dominación hegemónica (…) No creo que sea sano para el debate democrático en los próximos cinco años», lamentó el viernes François Baroin, el líder de Los Republicanos para las legislativas.
Si Macron consigue la mayoría absoluta «sería un logro político total. Significaría, por lo menos de momento, la destrucción de los partidos tradicionales», afirma Dominique Rousseau, profesor de derecho constitucional.
Los franceses que residen en el extranjero ya votaron el fin de semana pasado y eligieron en su mayoría a los candidatos de la República en Marcha, que vencieron en 10 de las 11 circunscripciones en juego.
La situación es preocupante para los cerca de 350 diputados de partidos tradicionales que aspiran a renovar su mandato este domingo, entre ellos numerosas personalidades -exministros, candidatos a las elecciones presidenciales-, que podrían perder su escaño ante los miembros del movimiento de Macron.
Pase lo que pase, la renovación de la Asamblea está garantizada con casi el 40% de los diputados salientes que no se vuelve a presentar, la entrada en vigor de la ley contra la acumulación de mandatos y la emergencia de una nueva generación de candidatos.
Los electores de San Pedro y Miquelón, una colectividad francesa de ultramar situada frente a las costas atlánticas de Canadá, empezaron a votar este sábado, un día antes que en Francia metropolitana.
También lo harán en Guyana (Sudamérica) y en Guadalupe, Martinica, San Martín y San Bartolomé (Caribe).