Yanuario Gómez
@DiarioCoLatino
“El día que deje de aprender pierdo el derecho a enseñar”, es una frase que José Francisco Melgar Brizuela hizo su razón de ser desde el inicio de su labor como docente que cuenta con 53 años de experiencia.
Este compromiso por actualizar sus conocimientos le ha valido para obtener una Maestría en Didáctica de las Matemáticas y un Doctorado en Filosofía Iberoamericana, además de diplomados y cursos de formación.
Brizuela nació el 10 de marzo de 1946, en la ciudad de San Salvador, hijo de Miguel Melgar Rivera y Rosa Brizuela de Melgar, ambos docentes y de quienes a su juicio heredó el amor por la labor de enseñar.
Su padre como buen maestro identificó en Francisco una habilidad innata para las operaciones matemáticas, aptitud que desde ese momento incentivó por medio de juegos donde le plantaba problemas numéricos que debía resolver.
“Mi padre se fijaba en cómo nos comportábamos, a mi hermano le dio formación para que cultivara la oratoria y escribiera, a mí me formó en matemáticas, me ponía a jugar desde los siete años, que hiciera cuentas”, recordó el Doctor Brizuela.
Desde ese momento, motivado por el esfuerzo de sus padres y la guía de excelentes profesores, Brizuela cursó educación básica y media con notables calificaciones que le valieron reconocimientos como ser el mejor bachiller del Instituto Nacional de Usulután en 1963, donde se graduó de la especialidad de ciencias, letras y matemáticas.
En 1964 inició sus estudios superiores en la Universidad de El Salvador (UES) donde por la falta de oferta de licenciaturas en ciencias naturales o matemáticas, se matriculó como estudiante de ingeniería, carrera que dejó luego de enterarse que el Doctor Fabio Castillo, en ese entonces rector de la universidad, había creado los Departamentos de Biología, Química, Física y Matemáticas, y que al año siguiente ofrecerían las licenciaturas en estas áreas.
“Me regresé a la casa de mis padres, en Usulután, porque no quería que se sacrificaran económicamente en mantenerme en la capital estudiando una carrera que ya no iba a seguir. En 1965 reingresé a la UES, al sistema de Áreas Comunes, ya que daba la oportunidad de escoger entre varias carreras pero decidí estudiar la Licenciatura en Física, con el sueño de que algún día me dedicaría al estudio de las matemáticas”, expuso el docente universitario.
Durante su etapa de estudiante universitario y debido a la consideración hacia sus padres y el sacrificio que hacían por costearle sus estudios, Francisco Brizuela decidió buscar empleo, en ese momento tuvo su primer acercamiento con la docencia al laborar como maestro de matemáticas y física en el colegio Santa Cecilia, el instituto Bethania y el colegio María Auxiliadora, respectivamente.
“Me enamoré de la docencia y sentí que esa era la vocación que debía de seguir. Por las noches solía reflexionar a cerca de cómo había impartido mis clases y qué podía hacer para mejorar mis métodos empíricos de enseñanza”, mencionó el educador.
A finales de 1969, y por recomendación del Doctor Fabio Castillo, quien además le ofreció una beca remunerada, se inscribió en la Licenciatura en Educación para la Enseñanza de la Física como parte de un proyecto del entonces decano de la Facultad de Ciencias y Humanidades de la UES de crear carreras de enseñanza en áreas específicas, algo que fue de su agrado y por ello no dudó en afrontar el reto.
Más tarde, este tipo de carreras se eliminaron debido a la intervención militar a la UES, en julio de 1972, razón por la que Francisco Brizuela tuvo que regresar a su carrera original, a pesar de ello, pudo cursar asignaturas que hasta la fecha le son de mucha utilidad en el ejercicio de la docencia.
“Mi principal propósito es desarrollar en los estudiantes, su capacidad de razonamiento, eso de que se aprendan fórmulas no me parece lo mejor, el asunto es que sepan aplicarlas y deducirlas. En mis clases trato de interactuar con ellos para aumentar esa capacidad”, explicó Brizuela.
Para el máster en didáctica de las matemáticas, la educación desde sus inicios debe ser del más alto nivel, en su visión, los educadores deben manejar áreas como la psicología y una pedagogía especial que les permita incentivar en los estudiantes el gusto por el estudio.
Toda esa filosofía de enseñar al más alto nivel con dedicación y entrega, como lo aprendió mediante el ejemplo de sus padres, y reforzó luego con toda su preparación académica, ha llevado al docente a recibir reconocimientos como la distinción de Maestro Legendario” por parte del Ministerio de Educación, lo que le genera mucha alegría y agradecimiento hacia quienes lo apoyan.
“No puedo recibir este reconocimiento sin tomar en cuanta que no es solo mi esfuerzo, sino también de mis padres, hermanos, mi esposa y familia, la universidad por medio de la gratuidad de la educación que recibí”, expuso el entrevistado.
El educador, finalmente, aconsejó a las nuevas generaciones de educadores a no considerar la riqueza solo en los términos económicos, sino también en el caudal de conocimiento adquirido de la historia de su entorno, los recursos naturales con que cuenta e inculcar en los estudiantes principios de paz, justicia y conciencia social.
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