ASOCIACIÓN INTERSECTORIAL PARA EL DESARROLLO ECONÓMICO Y EL PROGRESO SOCIAL – CIDEP –
[email protected]
[email protected].
La celebración de la navidad data de la celebración del nacimiento del sol para los antiguos romanos, el cual se daba según ellos en el equinoccio de invierno, a la mitad de la noche más larga del año. Tiempo después la celebración fue retomada por la tradición cristiana, cambiando al sujeto de adoración, ya no se adoró al Sol, sino al Niño Jesús, “eterno sol de la humanidad”, que nació en Belén y vino al Mundo para anunciar a los pobres la buena nueva de su liberación.
Con el paso del tiempo la celebración ha ido alejándose de su verdadero significado, convirtiéndose en una fiesta comercial y de consumo, perdiendo así su esencia de ser época de sana convivencia, amor y fraternidad.
El llamado a la población es que asumamos pequeños compromisos y los realicemos en compañía de la familia, tomemos acciones solidarias que nos permitan apoyar a las personas más desprotegidas, mostremos en un saludo, en un acto de cordialidad el respeto a la vida, regalemos la generosidad, la honestidad, la solidaridad y la conservación del medio ambiente como una práctica en esta época del año y continuarlos a lo largo de nuestra vida.
Esta es una fecha propicia para reflexionar y tomar acción sobre del aporte de cada ciudadana y ciudadano para contribuir a mejorar las condiciones de vida del país, ya que la mayor riqueza de un país es contar con las herramientas necesarias para que todas y todos puedan obtener mejores oportunidades no solo de vivir en un ambiente sano y seguro sino también de tener educación y empleos dignos.
Si verdaderamente queremos celebrar la Navidad, debemos darnos el tiempo para reconocer que es necesario y urgente trabajar por la construcción de un mundo diferente, más humano y justo, donde las familias tengan lo necesario para vivir dignamente y puedan garantizar a sus hijos e hijas la alegría verdadera, esa alegría que nace de estar en paz con uno mismo y con la persona que tenemos a nuestro lado.
A pocos días de que finalice el 2016, renovemos nuestros corazones, enfoquemos nuestras energías en que el 2017 sea un año mejor, de cambios para la sociedad salvadoreña, un año en que se pueda comenzar a superar los problemas que han golpeado a El Salvador a lo largo de los años. Demos nuestro aporte para que El Salvador sea un país en el que se reduzca la pobreza y la violencia desaparezca, en donde todas y todos tengamos las mismas oportunidades de superación para nuestras vidas.
En esta navidad y año nuevo, CIDEP envía un saludo fraterno a toda la población salvadoreña, deseando que el 2017 nos permita renovar nuestro compromiso por la educación, el fomento de los valores y el respeto a los derechos humanos de todas y todos.