Edit Esmeralda Alas Luque
Paulo Freire nació un 19 de Septiembre de 1921 en Recife, Brasil. Fue hijo de Joaquín Freire y Ediltrudis Neves, ambos de Pernambuco. Vivió en un ambiente hogareño, cálido y de mucho respeto. Profesaba la religión católica que en ese momento tenía influencia progresista. Descubrió y conoció la miseria económica que le obligó a madurar a temprana edad. Comenzó a descubrir la singularidad de una sociedad moderna que oprime al hombre. Esto lo motivó a buscar un método adecuado para la transformación social.
Entre los años 1946 y 1954, realizó las primeras experiencias pedagógicas que le permitieron desarrollar un método de alfabetización. Con ese método, no pretendía únicamente enseñar a leer y escribir. Buscaba un cambio positivo para mejorar la auto comprensión personal y social.
Esta experiencia, partió de la aplicación de un método participativo que buscaba el compromiso del hombre con él mismo y con su entorno social.
De tal forma, que los problemas de explotación, marginación, miseria, desprecio, pasividad, y silencio enfrentados por la mayoría de los brasileños, pudiesen resolverse con un nuevo enfoque de educación popular liberadora.
Él consideraba que esos problemas eran producto de una educación alienante, que desestima la cultura de las grandes mayorías e impone la cultura de los grupos que dominan. Ante tal escenario, Freire planteó que: “el hombre debe ser partícipe de la transformación del mundo, por medio de una nueva educación que le ayude a ser crítico de su realidad y lo lleve a valorar su vivencia como algo lleno de valor real”. Con esa visión, Freire pretendía colaborar con una aspiración nacional de los gobiernos latinoamericanos: la alfabetización.
Una alfabetización que no se enmarque en el simple hecho de descifrar símbolos y códigos del alfabeto, más bien busca sacarlo de su estado de inconsciencia, indiferencia, pasividad y falta de criticidad. Condiciones que impiden su verdadera liberación; porque para Freire, la liberación del hombre llega cuando es capaz de enfrentar sus propios temores, cuando es responsable de sus actos y no tiene miedo a la libertad.
Paulo Freire fue un pensador comprometido con la liberación del hombre. El reto era ayudarle para que reaccione y sienta la necesidad de humanizarse y liberarse a partir de él mismo, ya que ésta, no puede venir de quienes lo mantienen oprimido, porque “si admitiéramos que la deshumanización es vocación histórica de los hombres, nada nos quedaría por hacer…, la lucha por la liberación, por el trabajo libre, por la desalienación, por la afirmación de hombres como personas, no tendría significación alguna. Esta solamente es posible porque la deshumanización, aunque siendo un hecho concreto en la historia no es sin embargo, un destino dado, sino resultado de un orden injusto que genera la violencia de los opresores y consecuentemente el ser menos”.
Esta afirmación, anima al compromiso con la acción de educar o de ayudar a esa liberación humana que permite cambiar esquemas mentales para que la emancipación sea auténtica.
No obstante, como Freire muy bien lo expresa: “ahí radica la gran tarea humanística e histórica de los oprimidos: liberarse a sí mismos y liberar a los opresores. Solo el poder que renace de la debilidad de los oprimidos, será lo suficientemente fuerte para liberar a ambos”.
Freire, identifica a los oprimidos como aquellas personas esclavas de una condición o contexto que les impide ser felices, autónomas, comprometidas con su bienestar personal y el bienestar de otros.
Su propuesta liberadora parte de una pedagogía cuyo enfoque es humanista y emancipador, en la cual se detectan dos momentos. El primero cuando los oprimidos, van descubriendo sus áreas, sujetos de su opresión, deciden comprometerse con una práctica que les ayude a transformarse para poder ayudar a transformar aquellas condiciones y sujetos que les oprimen, y que por ser opresores también son esclavos de su ilusa sensación de poder y dominio sobre otros. El segundo momento, es aquel en el cual transformada la realidad opresora, se plantea un proceso continuo y permanente de liberación humana.
El método que Freire, propone esencialmente un método de cultura popular que se convierte en una política popular, porque para él, No hay cultura del pueblo sin política.
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