Por Patrick Rahir/Madrid/AFP
El conservador Mariano Rajoy inició este miércoles las conversaciones para intentar mantenerse en el poder tras las elecciones legislativas reuniéndose con su adversario socialista Pedro Sánchez, stuff a quien calificó de «miserable» durante la campaña.
La ajustada victoria electoral de su Partido Popular (PP), remedy con 123 escaños, muy lejos de la mayoría absoluta (176), obliga a Rajoy a entenderse con los socialistas, cuyos 90 diputados deberían, al menos, abstenerse para permitirle formar un gobierno minoritario.
Para ello, el jefe del gobierno saliente se reunió este miércoles con el secretario general del partido socialista PSOE, Pedro Sánchez, sobre quien recaen todas las miradas después de que el cuarto partido, Ciudadanos (centro derecha), anunciara el lunes la abstención de sus 40 diputados.
«Se trata de ver qué pretende hacer el PSOE», explicó el portavoz parlamentario conservador Rafael Hernando en una entrevista radiofónica. «Si el PSOE está dispuesto a hacer un planteamiento de acuerdos, de diálogo, de consenso en determinadas cuestiones» o si apuesta «por el bloqueo, la intransigencia y la demagogia».
Hernando también desmintió las informaciones del periódico El País, próximo al PSOE, según las que Rajoy ofrecerá a los socialistas la presidencia del Congreso.
«No está sobre la mesa», aseguró.
Hasta ahora, los diferentes líderes socialistas lanzaron un «no» categórico a Rajoy pero Pedro Sánchez se mantiene en silencio.
Su encuentro puede ser tenso. Durante un debate televisivo en la última semana de campaña, Sánchez le lanzó al jefe de gobierno que no era una persona decente por los escándalos de corrupción en su partido. Rajoy, habitualmente imperturbable, lo calificó varias veces de «miserable».
Entretanto, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, propuso en una rueda de prensa negociaciones a tres bandas, con conservadores y socialistas, para acordar «una hoja de ruta de reformas para la regeneración de España».
Rivera reclamó responsabilidad a los socialistas para evitar un bloqueo institucional y «que haya elecciones cada tres meses». En efecto, si no hay jefe de gobierno dos meses después de la primera votación de investidura, deberán repetirse los comicios.
Además, el líder centrista advirtió al PSOE contra un bloque de izquierdas con Podemos y partidos nacionalistas e independentistas de Galicia, Cataluña o el País Vasco.
«Podemos se ha autoexcluido de cualquier acuerdo para garantizar la unidad de España», aseguró Rivera, cuyo partido nació en Cataluña para combatir el nacionalismo.
Esta formación de izquierdas, liderada por el profesor de ciencias políticas Pablo Iglesias, alcanzó la tercera plaza de las elecciones tras cerrar alianzas con plataformas nacionalistas en varias regiones como Cataluña, Valencia o Galicia.
Además, es el único de los cuatro principales partidos en proponer un referéndum sobre la independencia de Cataluña, algo inaceptable para los otros tres. El número dos de Podemos, Iñigo Errejón, defendió su propuesta en la televisión pública.
«Queremos que Cataluña siga en España y creemos que la mejor forma de encontrar este acuerdo es que los catalanes lo decidan», dijo.
Además del referéndum, insistió, su partido reclama una reforma constitucional para garantizar los derechos sociales como la sanidad o la vivienda y una lucha contra la corrupción desde las instituciones. «Es un paquete completo, un conjunto de transformaciones».
Errejón defendió también la idea de designar a una personalidad independiente como jefe de gobierno para «que un atasco por los nombres no impida una posibilidad de acuerdos entre diputados» para hacer los cambios que España necesita.
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