Blanca Flor Bonilla
Luchadora Social por los Derechos Humanos
Personas fumadoras activas son quienes consumen directamente el tabaco y también quienes están alrededor como fumadores pasivos. Ambas corren el riesgo a desarrollar alergias en su aparato respiratorio y otras enfermedades, hasta convertirse en crónicas.
¿Por qué fuma la gente? Investigaciones han discutido las razones por las cuales se empieza a fumar, la mayoría ha concluido que por razones psicológicas o por distintos factores de motivación. En la adolescencia se fuma por el deseo de parecer adultos y por status, por vivir una nueva experiencia y por curiosidad. Las personas adultas fuman para reducir el estrés, la ansiedad, por sociabilidad o por adicción.
Según el Informe del 2012 de la American Cancer Society muy pocas personas comienzan a fumar después de los 25 años. Casi 9 de cada 10 fumadores adultos comenzaron a los 18 años, y el 10 % comenzó a los 26 años. De acuerdo con esta organización, los anuncios de la industria tabacalera y las promociones de sus productos son una gran influencia para los fumadores y no fumadores. La industria tabacalera gasta miles de millones de dólares cada año para crear anuncios de mercado que muestran el consumo de tabaco como emocionante, glamoroso y seguro.
La Organización de Investigación de Cáncer del Reino Unido ha identificado que la gente fuma para relajarse, como apoyo emocional, cuando las cosas van mal o simplemente porque les gusta el sabor del cigarrillo, cuando necesitan un descanso o un momento para ellos mismos, cuando están preocupados por los gastos de la casa o por problemas personales, para sociabilizar (inician conversaciones con gente nueva), por adicción física, para estimularse (mejorar su ánimo), incitados por parte de amigos o familiares, por falta de apoyo o involucramiento de los padres, por su fácil acceso, disponibilidad y precio accesible, por bajo rendimiento académico y baja autoestima. No todos los que fuman tienen una adicción física, pero entre más se fuma, más grande es el riesgo de llegar a ser dependientes de la droga llamada nicotina.
El tabaquismo afecta a todas y todos a diferentes niveles, con el paso del tiempo, el cigarrillo causa problemas de salud: enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, daño en los pulmones, muchos tipos de cáncer, incluido el cáncer de pulmón, garganta, estómago y vejiga, enfermedad de las encías, dientes amarillos, enfermedad ocular, mayor riesgo de infecciones (como neumonía), mayor riesgo de sufrir diabetes, huesos más débiles y que se fracturan con más facilidad, problemas en la piel, como psoriasis (un tipo de salpullido), arrugas en la piel y úlceras. Contribuye a un deterioro general de la salud y puede causar discapacidad.
El consumo de tabaco es particularmente perjudicial durante el embarazo, porque afecta la formación y del desarrollo del feto en el vientre de la madre. Fumar durante el embarazo, sea activa o pasivamente, está relacionado con una serie de resultados desfavorables, entre ellos: bajo peso al nacer y nacimiento prematuro, crecimiento restringido de la cabeza (el cerebro no logra un desarrollo normal u óptimo) y por lo tanto tendrá dificultades en las inteligencias múltiples en las diferentes etapas del desarrollo humano; problemas con la placenta, mayor riesgo de que el bebé nazca muerto y mayor riesgo de aborto espontáneo. La exposición prenatal al humo se ha vinculado también con otras consecuencias en la salud y el desarrollo de las niñas y niños, entre ellas: función pulmonar disminuida, sibilancia persistente y asma, posiblemente por la metilación del ADN, dificultades visuales (como estrabismo, errores de refracción y retinopatía). Desafortunadamente, el tabaquismo en las mujeres embarazadas es común. En 2014, el 8.4 % de las mujeres fumaron en algún momento del embarazo. Las mujeres que tienen educación más alta o un seguro de vida cesan de fumar. Existe una clara necesidad de expandir el tratamiento para dejar de fumar a las mujeres más jóvenes y a las de condición socioeconómica más bajas1.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha catalogado al tabaquismo como “la primera causa de muerte prematura en el mundo”. Cada año, el 31 de mayo, la OMS y asociados de todo el mundo celebran el Día Mundial Sin Tabaco, dedicado a resaltar los riesgos para la salud relativo al consumo de tabaco y para promover políticas eficaces para reducir ese consumo.
Sugerencias para dejar de fumar: busque apoyo, fije una fecha para dejar de fumar, deseche los cigarrillos, lave su ropa con olor a cigarro, busque espacios para relajamiento. Participe en campañas para la prevención del tabaquismo, Apoye los esfuerzos para que no se pueda fumar en los lugares públicos y apoye los impuestos de los productos con tabaco.