Yanuario Gómez
@DiarioCoLatino
En torno a la celebración de la semana de las Políticas Públicas con base a Evidencia El Salvador 2019, la Fundación Dr. Guillermo Manuel Ungo (Fundaungo) presentó los resultados de la observación electoral desarrollada en las elecciones presidenciales de febrero de este año.
Según Ricardo Córdova, director ejecutivo de Fundaungo el propósito del evento es contribuir a la colocación en la palestra pública del tema de cuán importante es la evidencia para informar el debate sobre las políticas públicas.
Durante el evento Córdova y otros especialistas abordaron la experiencia de la observación electoral, y cómo de esta surgen evidencias, hallazgos y recomendaciones para mejorar los sistemas electorales.
“En las pasadas elecciones presidenciales 2019, la observación electoral que desarrollamos arrojó varios hallazgos; entre ellos la importancia de que se nombre con mayor anticipación a los miembros e integrantes de los organismos electorales temporales, en particular de las juntas receptoras de votos”, dijo Córdova.
Para el director ejecutivo de Fundaungo, el nombramiento anticipado de los integrantes de estos organismos ayudará a que reciban mejor y mayor capacitación, y mediante ello tener una preparación idónea para el cumplimiento de sus funciones.
Respecto a la posible ciudadanización de los organismos electorales temporales, un debate que se encuentra en desarrollo en el primer órgano de Estado, Córdova planteó que los comicios presidenciales de febrero pasado plantearon ese reto, en cuanto a seguir como hasta la fecha o avanzar en ese sentido, en aras de mayor transparencia en materia electoral.
Otro de los temas que se encuentra en la agenda electoral del país es la viabilidad o no de separar las funciones administrativa y jurisdiccional del Tribunal Supremo Electoral (TSE); en este sentido, Eduardo Núñez director del Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales (NDI) considera que la división de estas genera pesos y contrapesos.
“La virtud de la separación de funciones es que evita la concentración de las mismas; es decir, el organismo que administra las elecciones no resuelve las impugnaciones que eventualmente sufran los comicios, sino que van a un órgano electoral diferente”, dijo Núñez.
Para el director del NDI, la efectividad de la separación de funciones depende del contexto; ya que según las experiencias de países que poseen ambos modelos, estos pueden contribuir a la transparencia o generar conflictos que desembocan en problemas de gobernabilidad y certeza en las elecciones.
Núñez sostuvo que el punto es qué medida la autoridad electoral es suficientemente equidistante de los partidos políticos, para generar una conducción independiente del proceso, y en qué medida logran generar confianza en los ciudadanos de que su funcionamiento es creíble y que los resultados se entregan de manera precisa y apegada a la ley.