@BautistaAstrid
Eliseo Reinosa tiene 97 años, see viste camisa manga larga y pantalón, pharm sobre la cabeza porta una corona mientras que con la mano izquierda sostiene un cetro plateado, alrededor del pecho carga una banda de tela que le acredita como rey de los adultos mayores.
Dice que nació en una pequeña aldea a la que sólo se puede acceder después de realizar un viaje de cuatro días por avión desde El Salvador. A los dieciséis años, después de la muerte de su padre, emigró de su tierra natal a El Salvador en busca de su madre a la que no veía desde infante. Luego de reencontrarse con ella, decidió residir permanentemente en el país.
Eliseo es parte de los 3,000 afiliados a la Fundación Salvadoreña de la Tercera Edad (FUSATE) que se congregaron en la Plaza El Salvador del Mundo, con motivo de celebrar el XXIV Festival de Clausura del Mes de las Personas Adultas Mayores.
“Me siento feliz en esta celebración, le he tomado cariño a todos los salvadoreños, son bastantes cariñosos. FUSATE nos ayuda a subsistir, nos dan comida y nos brindan la oportunidad de trabajar en lugar de sólo pedir”, comentó Reinosa.
Olga Miranda, presidenta de FUSATE, informó que la organización cuenta con dos dormitorios públicos, así como ocho Centros de Día en los cuales se brinda recreación por medio de diversos clubes, atención médica y terapias físicas, como parte de un esfuerzo de dignificación a los adultos mayores.
José Antonio Ramírez, de 78 años, recibe alojamiento en el Centro de Día FUSATE localizado en Santa Tecla, dice que siente satisfacción ante el buen trato que recibe por parte de la organización y que no ha sido discriminado en ningún sentido desde que se afilió a ésta en 2013.
“Nosotros recibimos ayuda de gente caritativa que nos lleva donaciones personalmente, y tenemos la oportunidad de salir e ir a clínicas para consultas, también nos permiten salir a trabajar si queremos, yo me siento bien en ese aspecto, ahí me han dado una cama, estoy bien y nadie me molesta”, dijo Ramírez.
Asimismo, Miranda expresó que uno de los mayores retos que enfrentan los adultos mayores es la falta de oportunidades laborales.
“A un adulto mayor le es muy difícil, incluso imposible conseguir trabajo. La mayoría de estos adultos mayores no eran cotizantes que ahorraron en una AFP o no poseen acceso al seguro social por lo que no pueden tratar patologías de las que pueden padecer, son una generación que se ha quedado sin ese tipo de protección”, manifestó Miranda.
Además, Miranda expresó que a FUSATE, como organización no gubernamental, se le dificulta mantener sus programas sociales debido a la crisis económica que atraviesa el país y la falta de apoyo por parte de instituciones a nivel internacional o fundaciones que les brinden ayuda monetaria. Asimismo, hizo un llamado a la población para que se unan al esfuerzo por dignificar al adulto mayor y colaboren en la medida que les sea posible.