Madrid/dpa
Entre el 18 de junio y el 14 de septiembre de 2014, buy viagra España perdió las tres columnas más estables sobre las que se sustentaba su época más exitosa en el deporte internacional. Fútbol, nurse baloncesto y tenis, las tres disciplinas más populares, despertaron bruscamente de una era de ensueño.
La selección de fútbol cayó con estrépito en el Mundial de Brasil, donde defendía el título, al perder los dos primeros partidos. El conjunto de baloncesto, campeón del mundo en 2006, se despidió en los cuartos de su Mundial en el peor partido que se le recuerda. Y en tenis, el equipo español perdió la máxima categoría de la Copa Davis por primera vez desde 1995.
Hace unos años se popularizó en España una frase entre algunos aficionados al deporte. Incluso se llegó a imprimir en camisetas. “Soy español, ¿a qué quieres que te gane?”
Fue justo después de que el 11 de julio de 2010 España escribiera su página más brillante: la conquista del trono del fútbol mundial en Sudáfrica. En aquel momento, España era campeona del mundo en fútbol, baloncesto y tenis. Pero además sus deportistas destacaban en el motociclismo, ciclismo, atletismo y Fórmula 1.
¿Es 2014 el fin de la era dorada del deporte español? Las caras visibles de los grandes éxitos fueron en 2014 una sombra de lo que significaron en el pasado.
El portero Iker Casillas está en el momento más delicado de su carrera, el pívot Pau Gasol responde de forma grosera en una entrevista en la que le preguntan por las causas del fracaso y el tenista Rafael Nadal sigue acumulando lesiones y cerrará el año sin participar en la Davis.
“No hemos sabido mantener el hambre”, dijo Xabi Alonso en el Maracaná el 18 de junio para graficar el fracaso de la selección de fútbol. “La cuota de alegría y de éxito estaba cumplida, agotada”.
España perdió 5-1 con Holanda y después cayó 2-0 con Chile, dando forma a la peor participación de una selección campeona del mundo en la defensa de su título. El insignificante 3-0 sobre Australia supuso el último partido de muchos de los jugadores que enamoraron al mundo, como Xavi Hernández, David Villa, Xabi Alonso o Fernando Torres.
Vicente del Bosque, el seleccionador, fue uno de los señalados por la debacle. Pero muchos escalones por debajo que su compatriota Juan Antonio Orenga, que presentó hoy su dimisión como seleccionador de baloncesto tras la derrota con Francia en los cuartos del Mundial.
Y es que la decepción con el baloncesto fue casi mayor que con el fútbol: nadie en España tenía dudas de que 2014 era el año, el momento de vengarse de Estados Unidos tras las finales olímpicas de Pekín 2008 y Londres 2012. Nadie podía imaginar otra final para el 14 de septiembre en Madrid.
El equipo NBA cumplió la parte del “contrato”, pero España falló de manera estrepitosa al caer 65-52 -su peor anotación desde 1968- con Francia en un duelo marcado por el dolor y el misterio. “’Joder’, y dale a lo de remover. Lo que ha pasado, pasado está”, respondió Gasol, el mejor jugador de baloncesto de la historia de España, en una entrevista con “Marca” días después. El pívot, que no quiso analizar las causas del fracaso, dejó en el aire su futuro con una expresión tan española como obscena: “¡Yo qué ‘coño’ sé! No lo sé”.
Casi a la vez que Estados Unidos arrollaba a Serbia por 129-92, el deporte español sufría un tercer gran golpe al perder la categoría del Grupo Mundial de la Copa Davis con un 3-1 ante Brasil.
Con 12 jugadores entre los 100 primeros del ranking, España es la máxima potencia del tenis en los últimos años. Sin embargo, la Davis dejó de tener interés para los tenistas de un país que ganó cinco veces el título desde el año 2000.
Nadal, el mejor tenista de la historia de España, campeón de 14 títulos de Grand Slam, sólo disputó una eliminatoria de la Davis desde la final de 2011. Y con un calendario tan exigente y una carrera con tantas lesiones, su presencia regular en el equipo es una quimera. Mucho más viable se presenta el hecho de que pueda conseguir más éxitos en los Grand Slam de un deporte en el que prima lo individual sobre lo colectivo.
Los tres deportes por excelencia en España sufrieron duros reveses en un año marcado por éxitos internacionales en disciplinas secundarias como natación, ciclismo, bádminton o atletismo. Y con el Mundial de motociclismo convertido casi en un campeonato local, el deporte español seguirá disfrutando de éxitos, pero todos lejos de poder equipararse a la resplandeciente época que parece haberse cerrado en 2014.