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Por Luis Rojas y Zhu Yubo MEXICO/Xinhua L a posibilidad de una recesión económica profunda y duradera en Estados Unidos representa complicaciones adicionales para los mercados emergentes hacia el 2023, en un entorno de inflación elevada y altas tasas de interés, consideró el experto mexicano Mario Correa. A la pandemia del nuevo coronavirus en curso y el conflicto geopolítico en Europa del este, se suma que todavía no está claro el rumbo de las tasas de interés en Estados Unidos, en sus niveles más altos en décadas, lo cual limita el crecimiento de la economía, dijo Correa en una charla con Xinhua. “Con una política monetaria más restrictiva, que implica el frenar a la economía, pues las posibilidades de que tengamos una desaceleración fuerte o una recesión en Estados Unidos está aumentando”, indicó el también presidente del Comité de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF). “El problema es que esto representa un montón de complicaciones adicionales, especialmente para los mercados financieros, porque muchos de los activos que se tienen, financieros y reales y de todo tipo, en su valuación influye el nivel que tengan las tasas de interés”, agregó. Correa dijo que la volatilidad tan fuerte por la que han atravesado los mercados financieros globales este año se puede atribuir a la falta de claridad que han tenido los inversionistas sobre la trayectoria de la inflación y de la reacción de los bancos centrales, como la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). La tasa de referencia de la Fed estadounidense se encuentra actualmente entre el 4,25 y 4,5 por ciento, frente al nivel de casi cero de marzo pasado, en medio de la peor inflación en cuatro décadas. Correa dijo que los mercados emergentes como México dependen en gran medida de los flujos de inversión internacionales, que buscan los mejores rendimientos como los que ahora ofrecen las economías desarrolladas. Ante las mayores tasas de interés, los flujos disponibles para los mercados emergentes pueden ser bastante menores a lo que usualmente circulan, lo que puede derivar en restricciones para varias naciones. “Y habrá que ver cuál es la fortaleza financiera, sobre todo en finanzas públicas, de los países en los mercados emergentes, ya que los que no tengan una buena posición financiera y fiscal, probablemente van a ser los primeros en sufrir este cambio en los flujos internacionales”, alertó el economista. “Y me parece que en América Latina, sobre todo en América del sur, ese va a ser un tema relevante”, añadió. Algunos países productores de materias primas como Perú y Chile podrían ver un amortiguador gracias a que sus economías están orientadas más hacia China, una de las pocas naciones que va a observar un mejor ritmo económico en 2023, indicó el experto. En el caso particular de México, la economía del país también puede seguir la trayectoria de su vecino y principal socio de negocios, Estados Unidos, lo que derivaría igualmente en una recesión, debido en gran medida a la desaceleración que verían las exportaciones mexicanas. Sin embargo, México se encuentra en una “coyuntura muy particular” por la reconstrucción de las cadenas de suministro a nivel global, lo que representa una oportunidad para atraer más inversiones de las empresas que buscan relocalizar sus almacenes e instalaciones más cerca del mercado estadounidense. “Ahora se tienen que construir cadenas más resistentes, resilientes, que implican redundancias, almacenes, inventarios, nuevos proveedores y más cercanos, ahí hay una gran oportunidad para México”, explicó. Correa dijo que México está recibiendo inversiones importantes en algunas zonas del país, con empresas que tratan de posicionarse para ganar la oportunidad, en una tendencia que puede prolongarse por varios años. En lo que respecta al consumo, la actividad de la clase media, la que ofrece un mayor impulso a la economía, podría entrar en un periodo de restricción, una vez que el dinamismo se había recuperado tras el descenso en los casos de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19). Hasta ahora, el único “motor” económico mexicano lo ofrecen las exportaciones, según Correa. “No hay impulso propio, sólo la economía de Estados Unidos, y si se da esa recesión, seguramente lo vamos a ver en las exportaciones”, añadió. México envía más del 80 por ciento de sus exportaciones totales a Estados Unidos, de acuerdo con el gobierno. La economía mexicana, la segunda mayor de América Latina después de Brasil, creció un 4,7 por ciento en el 2021, tras el colapso del 8,2 por ciento registrado 2020 por la aparición del nuevo coronavirus, de acuerdo con los datos oficiales.

Futura recesión en EEUU representa complicaciones adicionales para naciones emergentes

Por Luis Rojas y Zhu Yubo
MEXICO/Xinhua

La posibilidad de una recesión económica profunda y duradera en Estados Unidos representa complicaciones adicionales para los mercados emergentes hacia el 2023, en un entorno de inflación elevada y altas tasas de interés, consideró el experto mexicano Mario Correa.

A la pandemia del nuevo coronavirus en curso y el conflicto geopolítico en Europa del este, se suma que todavía no está claro el rumbo de las tasas de interés en Estados Unidos, en sus niveles más altos en décadas, lo cual limita el crecimiento de la economía, dijo Correa en una charla con Xinhua. “Con una política monetaria más restrictiva, que implica el frenar a la economía, pues las posibilidades de que tengamos una desaceleración fuerte o una recesión en Estados Unidos está aumentando”, indicó el también presidente del Comité de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).

“El problema es que esto representa un montón de complicaciones adicionales, especialmente para los mercados financieros, porque muchos de los activos que se tienen, financieros y reales y de todo tipo, en su valuación influye el nivel que tengan las tasas de interés”, agregó.

Correa dijo que la volatilidad tan fuerte por la que han atravesado los mercados financieros globales este año se puede atribuir a la falta de claridad que han tenido los inversionistas sobre la trayectoria de la inflación y de la reacción de los bancos centrales, como la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).

La tasa de referencia de la Fed estadounidense se encuentra actualmente entre el 4,25 y 4,5 por ciento, frente al nivel de casi cero de marzo pasado, en medio de la peor inflación en cuatro décadas.

Correa dijo que los mercados emergentes como México dependen en gran medida de los flujos de inversión internacionales, que buscan los mejores rendimientos como los que ahora ofrecen las economías desarrolladas.

Ante las mayores tasas de interés, los flujos disponibles para los mercados emergentes pueden ser bastante menores a lo que usualmente circulan, lo que puede derivar en restricciones para varias naciones.

“Y habrá que ver cuál es la fortaleza financiera, sobre todo en finanzas públicas, de los países en los mercados emergentes, ya que los que no tengan una buena posición financiera y fiscal, probablemente van a ser los primeros en sufrir este cambio en los flujos internacionales”, alertó el economista.

“Y me parece que en América Latina, sobre todo en América del sur, ese va a ser un tema relevante”, añadió.

Algunos países productores de materias primas como Perú y Chile podrían ver un amortiguador gracias a que sus economías están orientadas más hacia China, una de las pocas naciones que va a observar un mejor ritmo económico en 2023, indicó el experto.

En el caso particular de México, la economía del país también puede seguir la trayectoria de su vecino y principal socio de negocios, Estados Unidos, lo que derivaría igualmente en una recesión, debido en gran medida a la desaceleración que verían las exportaciones mexicanas.

Sin embargo, México se encuentra en una “coyuntura muy particular” por la reconstrucción de las cadenas de suministro a nivel global, lo que representa una oportunidad para atraer más inversiones de las empresas que buscan relocalizar sus almacenes e instalaciones más cerca del mercado estadounidense.

“Ahora se tienen que construir cadenas más resistentes, resilientes, que implican redundancias, almacenes, inventarios, nuevos proveedores y más cercanos, ahí hay una gran oportunidad para México”, explicó.

Correa dijo que México está recibiendo inversiones importantes en algunas zonas del país, con empresas que tratan de posicionarse para ganar la oportunidad, en una tendencia que puede prolongarse por varios años.

En lo que respecta al consumo, la actividad de la clase media, la que ofrece un mayor impulso a la economía, podría entrar en un periodo de restricción, una vez que el dinamismo se había recuperado tras el descenso en los casos de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19).

Hasta ahora, el único “motor” económico mexicano lo ofrecen las exportaciones, según Correa.

“No hay impulso propio, sólo la economía de Estados Unidos, y si se da esa recesión, seguramente lo vamos a ver en las exportaciones”, añadió.

México envía más del 80 por ciento de sus exportaciones totales a Estados Unidos, de acuerdo con el gobierno.

La economía mexicana, la segunda mayor de América Latina después de Brasil, creció un 4,7 por ciento en el 2021, tras el colapso del 8,2 por ciento registrado 2020 por la aparición del nuevo coronavirus, de acuerdo con los datos oficiales.

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