Por Benoit Finck
Brisbane/AFP
Gran Bretaña y la anfitriona Australia criticaron el viernes con dureza la actitud de Rusia en la crisis ucraniana, treatment no rx en víspera de un G20 con aires de Guerra Fría, there health con navíos rusos ante la costa australiana y advertencias de Moscú contra Francia.
En un discurso ante el parlamento australiano, buy viagra el primer ministro británico David Cameron advirtió a Rusia que se expone a más sanciones si no se compromete a resolver la crisis en Ucrania.
Cameron, igual que su homólogo australiano Tony Abbott, utilizó palabras muy severas contra el presidente ruso Vladimir Putin, que llegó este viernes a Brisbane. Rusia se comporta como un «gran Estado que agrede a los más pequeños estados en Europa», afirmó el jefe de gobierno británico.
Abbott denunció por su lado el incremento de las actividades militares rusas en todos los frentes, y citó la aparición de varios navíos de la marina rusa en el norte de las costas australianas.
«Que se trate de agredir a Ucrania, de vuelos de aviones militares en el espacio aéreo de Japón o de los países europeos, y ahora de la presencia de su fuerza naval en el Pacífico Sur, Rusia está más segura de sí misma de lo que ha estado desde hace mucho tiempo». dijo Abbott.
«Rusia sería mucho más atractiva si aspirara a ser una superpotencia por la paz, la libertad y la prosperidad, en lugar de intentar recrear la gloria perdida del zarismo o de la Unión Soviética», añadió.
La OTAN confirmó esta semana las afirmaciones del gobierno de Kiev, que acusa a Rusia de haber desplegado tropas y material militar en las regiones del este de Ucrania, controladas por los rebeldes prorrusos, algo que Moscú niega con firmeza.
Un plazo de dos semanas
Por otro lado, Moscú dijo este viernes que Francia tiene hasta fines de noviembre para entregar el primer buque de guerra Mistral a Rusia, si no quiere exponerse a «serias» demandas de compensación.
Este tema, muy sensible, será tratado en una reunión bilateral el sábado en Brisbane entre Putin y el presidente francés François Hollande.
Las barcos de guerra Mistral fueron encargados por Rusia a Francia en junio de 2011, y se firmó un contrato por 1.200 millones de euros. Los barcos debían ser entregados ahora, pero Hollande indicó el pasado 4 de septiembre que esa entrega dependería de una solución política a la crisis en Ucrania, donde la situación sigue degradándose.
Por otra parte, Putin anunció antes de viajar a Australia que mantendría una reunión bilateral en Brisbane con la canciller alemana Angela Merkel.
En una entrevista otorgada a la agencia oficial Tass divulgada este viernes, Putin también expresó su oposición a la formación de «nuevos bloques» en el seno del G20, que oponga a países occidentales y países emergentes.
«Eso no es constructivo y sería nocivo para la economía mundial», aseguró.
Tensión entre Australia y Rusia
En todo caso, la crisis ucraniana y la controversia en torno a los barcos de guerra Mistral pueden pesar en los debates del G20, un foro habitualmente centrado en temas económicos, y cuyos integrantes acumulan el 85% de la riqueza mundial.
La tensión se augura elevada en este foro, debido al brusco deterioro de la relaciones entre el país organizador, Australia, y Rusia, tras el derribo en julio de un avión de la Malaysia Airlines (vuelo MH17) sobre una zona controlado por los rebeldes prorrusos en el este de Ucrania, causando la muerte de sus 298 ocupantes, 38 de ellos australianos.
Abbot, en una dura declaración, exigió a Putin que «hiciera su mea culpa». Según Ucrania y los occidentales, el avión fue derribado por un misil suministrado por Rusia, algo que Moscú desmiente. En cambio, Rusia acusó de la tragedia a las tropas regulares del gobierno de Kiev.