Por Aldo Gamboa/Ramon Sahmkov
Washington/AFP
Las principales economías mundiales agrupadas en el G20 concretaron la primera respuesta internacional al escándalo de los papeles de Panamá, sick con un llamado en Washington a combatir los paraísos fiscales, hospital sin perder de vista el Brexit y la economía global.
Los ministros de Finanzas del G20, cialis que incluye a Brasil, Argentina y México, «reafirman la importancia otorgada a la transparencia financiera», según el comunicado final del grupo.
El G20, incorporando un plan de acción propuesto el jueves por las cinco principales economías europeas, llamó a levantar el velo sobre los verdaderos dueños de las compañías offshore y sancionar a los paraísos fiscales que no cooperen para lograr una mayor transparencia global.
«Mejorar la transparencia de los verdaderos propietarios (…) es vital para proteger la integridad del sistema financiero internacional», indicaron los ministros en el comunicado.
En algunos países y territorios se pueden crear actualmente compañías fantasmas sin revelar la verdadera identidad de sus propietarios, lo que complica enormemente la investigación sobre evasión fiscal, y a mayor escala afecta, según el Banco Mundial, la lucha global contra la pobreza.
Como remedio, el G20 de Finanzas espera recibir hasta octubre «propuestas iniciales» que ofrecerían a los países un mejor acceso a la información sobre los verdaderos propietarios de las entidades, con la posibilidad de «intercambiarla» a nivel internacional.
El foro de las naciones desarrolladas y las potencias emergentes llamó también a la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) a identificar de aquí a julio los paraísos fiscales que se niegan a cooperar con la comunidad internacional.
«Medidas defensivas serán consideradas por los miembros del G20 contra jurisdicciones que no cooperen», señalaron los ministros del G20, que se reunieron en Washington en paralelo a la asamblea de primavera (boreal) del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Se trata de la más fuerte reacción hasta el momento a la divulgación de los llamados papeles de Panamá: millones de documentos que muestran un enorme sistema de evasión fiscal a través de empresas de fachada que esconden a sus beneficiarios reales. Los documentos fueron filtrados de la firma panameña Mossack Fonseca encargada de la creación de ese tipo de sociedades.
Para el G20 las medidas constituyen un elemento fundamental para prevenir el uso de esos mecanismos financieros para «corrupción, evasión fiscal, financiamiento de actividades terroristas y lavado de dinero».
«Debemos actuar para atacar a los paraísos fiscales y los problemas del sistema internacional de impuestos que permiten que los paraísos se desarrollen», dijo el secretario estadounidense del Tesoro, Jack Lew, añadiendo que ese sistema es percibido «simple y llanamente como injusto».
Alejandro Werner, director del departamento del Hemisferio Occidental del FMI, indicó que la comunidad internacional arrastra «un rezago» en la lucha contra la evasión fiscal e insistió en que «hay esfuerzos que se tienen que llevar a cabo en América Latina» y en otras regiones como Europa.
El escándalo de los papeles de Panamá envuelve a numerosos políticos y empresarios de todo el mundo, incluyendo al primer ministro británico, David Cameron, y el nuevo presidente de Argentina, Mauricio Macri, entre otros.
Los documentos ya provocaron la renuncia del primer ministro de Islandia, Sigmundur Gunnlauggsson, y se cobró otra víctima este viernes con la renuncia del ministro de Industria español en funciones, José Manuel Soria, cuyo nombre había aparecido en las filtraciones.
«Shock» del Brexit
Ante un panorama sombrío para la economía global, el G20 expresó su preocupación por un posible «Brexit» [siglas de Gran Bretaña exit], a dos meses y medio de un referendo que decidirá el futuro europeo de Reino Unido.
«El shock de una potencial salida de Reino Unido de la Unión Europea complica el ambiente económico global», indicó el G20 repicando la preocupación expresada el jueves por la jefa del FMI, Christine Lagarde.
Pero el G20 identificó otras amenazas al crecimiento mundial -previsto en 3,2% para 2016, por el FMI- apuntando al «terrorismo» y la crisis de refugiados, preocupado, de manera más general, con la debilidad de la recuperación mundial.
«El crecimiento permanece modesto y desigual, y los riesgos y las incertidumbres en el panorama mundial persisten, con el trasfondo de la continuada volatilidad financiera, desafíos de los exportadores de materias primas y baja inflación», prevén los ministros del G20.