La Habana/Prensa Latina
Maylin Vidal
Desde Cuba y hacia el mundo, los países del G77 y China protagonizaron una cumbre histórica, en la cual lanzaron un mensaje de unidad a aquellos que hoy pretender seguir imponiendo reglas.
“Ya toca al Sur cambiar las reglas del juego”, fue una de las frases acuñadas por el presidente Miguel Díaz-Canel, quien en calidad de anfitrión acogió a un centenar de jefes de Estado y de Gobierno durante dos días en el capitalino Palacio de las Convenciones.
En la cita, los países del bloque coincidieron en la apremiante necesidad de lograr una arquitectura financiera incluyente.
De cara a la Asamblea General de Naciones Unidas, que echará a andar el venidero martes, desde La Habana múltiples miradas, culturas y voces (Asia, África y América Latina y el Caribe) reconocieron que el Sur Global tiene muchos desafíos por delante, pero juntos pueden cooperar en temas claves como el que movió a esta cita: el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Un documento final trazó las líneas de trabajo para llevar adelante y hasta la próxima Cumbre del Sur, que se desarrollará el año que viene en Kampala, Uganda, en el cual los miembros de este mecanismo, que componen 134 naciones, ratificaron la voluntad de reforzar su papel en el contexto internacional actual.
Devenida capital de las voces del Sur, en La Habana el Grupo de los 77 (G77) y China reforzó la necesidad de crear estrategias de coordinación para luchar contra las formas imperiales de dominación. Al respecto, dejaron claro su rechazo a la imposición de leyes y regulaciones con impacto extraterritorial y las medidas económicas coercitivas, que pidieron eliminar ya.
En la adopción final del documento de 47 puntos, consideraron que tales acciones no sólo socavan los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional, sino constituyen un serio obstáculo para el avance de la ciencia, la tecnología y la innovación y la plena consecución del desarrollo económico y social, en particular en los países en desarrollo.
Mientras desde el Caribe, muchos de sus integrantes abogaron por una mayor colaboración y un financiamiento que permita avanzar en sus países, golpeados por desastres naturales. En tanto, los de África apostaron por una verdadera reforma para acomodar las oportunidades en beneficio del Sur Global ante la disparidad histórica en el acceso al conocimiento científico y tecnológico.
Las voces de Asia también se sintieron, entre ellas la de China, que propugnó colocar el desarrollo en el centro de la agenda internacional y darles mayor representatividad a los países del Sur.
Discursos de varios presidentes como el de Luis Inácio Lula Da Silva (Brasil), Alberto Fernández (Argentina), Nicolás Maduro (Venezuela), Gustavo Petro (Colombia) y Xiomara Castro (Honduras), entre otros, dejaron marcadas las rutas a seguir con la apuesta de Latinoamérica a trabajar en conjunto.
Cuba como protagonista de la cita también recibió un gran espaldarazo. Varias naciones expresaron su condena unánime al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a la isla desde hace más de 60 años, y encomiaron su ejemplo en el desarrollo científico, pese a este cerco unilateral.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, presente en el encuentro, elogió también el papel de la isla como anfitriona y coincidió en la importancia del acceso a la ciencia, tecnología e innovación para el impulso de los países del Sur.
La Cumbre de La Habana dejó una estela de momentos importantes. La gigantesca foto oficial, con la representación de un centenar de delegaciones, refrendó un momento de unidad desde una sola voz: la del Sur Global.