CAMARERO ¿Qué se va a servir, shop señor?
CLIENTE Una hamburguesa, por favor… No, mejor una hamburguesa doble… ¡O triple, porque traigo un hambre!
CAMARERO Con mucho gusto, señor… Ya le sirvo
CLIENTE Y con su mayonesita, no se olvide…
MUJER Psst… Oiga, señor, ¿usted quiere contribuir al calentamiento global?
CLIENTE Ey… ¿Quién es usted?… ¿Cómo dice?
MUJER Le digo que usted está contribuyendo al calentamiento del planeta.
CLIENTE Pero… ¿de qué me está hablando usted? ¿Cómo que…?
MUJER ¿Acaso usted no sabe que las hamburguesas se hacen con carne de vaca, y que las vacas, mejor dicho, los pedos de las vacas, echan metano a la atmósfera y esto recalienta más el planeta?
CLIENTE Pues… Pues… no tenía la más mínima idea… ¿Usted dice que los “pedos”…?
MUJER Sí, los pedos de las vacas y de otros rumiantes son una fuente de gas metano. Y el metano es peor que el humo que echan los carros
CLIENTE O sea, que la culpa es de la vaca…
MUJER No, la culpa del cambio climático no la tienen las vacas, sino los seres humanos que hemos decidido alimentarnos de ellas. Cada vez se talan más bosques para plantar más soja para alimentar a más vacas y comer más hamburguesas…
LOCUTOR En el mundo hay más de mil 300 millones de vacas.
LOCUTORA Sin contar otros animales, como las termitas, sólo las vacas y sus pedos producen anualmente 100 millones de toneladas de metano.
LOCUTOR El metano es un gas de invernadero 23 veces más potente que el dióxido de carbono, el que emiten los carros y las fábricas.
LOCUTORA Un gas que destruye la capa de ozono y acelera el calentamiento global.
CLIENTE Pero, entonces, ¿qué quiere usted, que me vuelva vegetariano
MUJER No, no, usted siga comiendo sus hamburguesas… porque lo de las vacas no es lo más terrible… lo terrible es lo otro.
CLIENTE ¿Y qué es “lo otro”?
MUJER Los pedos de Siberia.
CLIENTE ¿Siberia? Ahora sí que no le entiendo nada…
MUJER Escuche bien. En Siberia, allá en el norte de Rusia, en esas estepas heladas, de pura nieve, está pasando algo muy preocupante
CLIENTE Pero por esos lados del mundo no hay vacas…
MUJER Olvídese ahora de las vacas. Hace miles de años, en Siberia hubo fauna y flora y esa materia orgánica muerta ha quedado atrapada bajo el hielo. Son como bolsones gigantes de gas metano.
LOCUTOR Si la capa de hielo que cubre Siberia se llega a derretir, se liberaría una enorme cantidad de gas a la atmósfera y el calentamiento del planeta sería irreversible.
LOCUTORA El científico ruso Sergey Zimov ha demostrado que dentro del hielo siberiano hay burbujas atrapadas. Si lo rompemos con un cuchillo y con la otra mano encendemos un mechero, veremos cómo éste estalla en una fina llama azul.
LOCUTOR Millones de toneladas de metano esperan unos pocos grados más de calor para salir masivamente a la atmósfera y alterar brutalmente el clima del planeta.
LOCUTORA En otras palabras, lo que ocurre en Siberia es una “bomba climática” a punto de estallar. Una catátrofe anunciada.
CLIENTE Está bien, está bien, ya me asustó bastante con las vacas y con esas dichosas burbujas… pero, ¿y qué hago yo?
MUJER ¿Usted? Usted siga comiendo sus hamburguesas, cuide su colesterol, eso sí, y récele a Papá Noel, a santa Claus, que es el patrón de Rusia… para que el hielo de Siberia no se derrita todavía.
BIBLIOGRAFÍA
– Una bomba de metano bajo Siberia a punto de estallar
– Preocupante liberación de gas metano en Siberia