Alberto Romero de Urbiztondo
Twitter: @aromero0568
Dos noticias me han preocupado sobre la posible utilización de las creencias religiosas por parte del Gobierno del señor Bukele. Ya quede fuertemente impactado por su actuación en la Asamblea Legislativa, cuando habló con la divinidad. Ahora dos hechos concretos parecen confirmar que la Presidencia no tiene claridad que sus creencias personales son legitimas, pero el ejercicio de gobierno debe hacerse desde la autonomía a toda institución religiosa y el respeto a la pluralidad de pensamiento de la ciudadanía:
El 10 de marzo, la Secretaria de Comunicaciones de la Presidencia divulgó que la señora Alexandra Posada, experta de mercadeo y marketing y jefa de proyectos del Despacho de la Primera Dama, se reunió con la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica para garantizar un “enfoque integral de todos los sectores de la sociedad” en la implementación de la Política Nacional de Primera Infancia y “colaborar con todas las instituciones que tienen contacto con la familia y sus comunidades”. En las fotos que acompañaban la información aparece la señora Posada reunida con los representantes de la Iglesia católica, todos hombres. Sorprende que la primera noticia de consultas para implementar esta política, sea con una iglesia que no permite que ninguna mujer forme parte de su estructura jerárquica y que tiene gravísimos antecedentes de encubrimiento de actos de abuso sexual de menores y pederastia. Hubiéramos esperado que se reuniera antes con organizaciones que defienden los derechos de la niñez y de las mujeres, desde hace muchas décadas en nuestro pais.
No queremos pensar que el enfoque de la Política Nacional de Primera Infancia contemple el adoctrinamiento de la niñez por parte de ninguna institución religiosa o ideológica, ni sea pretexto para promover un discurso de la maternidad como mandato obligatorio y único destino para las mujeres.
Y la segunda noticia que me preocupó fue el anuncio de una actividad de adoctrinamiento religioso para el 17 de marzo en la Universidad de El Salvador, la única universidad pública del país y por tanto obligada a garantizar el carácter laico de la educación. ¿El rector está de acuerdo?, ¿el Ministerio de Educación no supervisa?