Bogotá/AFP
El gobierno de Colombia tratará de pactar una nueva tregua con el ELN para salvar el proceso de paz con esa guerrilla, en punto muerto tras una ofensiva rebelde que completa casi dos semanas, anunció el presidente Juan Manuel Santos.
El mandatario envió el domingo a su jefe negociador, Gustavo Bell, a Quito, sede de las conversaciones con el que es considerado el último grupo rebelde activo en Colombia.
En medio de una contraofensiva de las fuerzas militares, Santos dijo a la prensa que Bell explorará «la posibilidad de acordar un nuevo cese al fuego que facilite continuar con las negociaciones para poner fin a este conflicto».
El presidente había dicho antes en Twitter que tomó la decisión «atendiendo» a un llamado del jefe de Naciones Unidas, Antonio Guterres, a favor de la reactivación de los diálogos con el ELN (Ejército de Liberación Nacional).
Mano tendida
El proceso de negociación está en suspenso desde el 10 de enero, tras una ofensiva lanzada por la organización insurgente al término de un alto al fuego de tres meses.
Ese día Santos ordenó el regreso de Bell a Bogotá justo cuando debía instalarse una nueva ronda de negociaciones entre las partes.
En las últimas semanas los guerrilleros han atacado a las fuerzas oficiales y la infraestructura petrolera. Al menos cuatro uniformados han muerto y unos 22 presuntos rebeldes han sido capturados en la contraofensiva, según autoridades.
El sábado el ministerio de Defensa anunció, además, la muerte de un jefe del ELN que operaba en una zona limítrofe con Venezuela.
Conocido como «Arturo» o «Pimpón», el comandante está involucrado en la muerte de unos 30 uniformados y era el responsable de la arremetida guerrillera en el noreste del país, tras el fin de la tregua.
Santos recordó que había ofrecido una recompensa de 1.000 millones de pesos (unos 333.000 dólares) por información que condujera a su paradero.
Asimismo, dio a conocer que en el mismo operativo militar cayó otro dirigente conocido como «Michael» y quien está acusado de la muerte de 11 militares y un policía en 2015.
Poco antes de que los militares propinaran estos golpes, los alzados en armas habían propuesto una reunión con el gobierno para retomar las conversaciones iniciadas en febrero de 2017.
«Estamos de acuerdo en participar en una reunión entre los jefes de delegación, con la presencia de los garantes; en la que examinemos el pronto inicio del quinto ciclo de conversaciones, para tratar allí todos los temas pendientes», señaló el ELN en un comunicado.
Con un ejército de unos 1.800 combatientes, el ELN también reiteró en el comunicado su «voluntad para acordar otro cese al fuego».
Santos, quien dejará el poder en agosto, aspira a sellar un pacto con esa organización similar al que suscribió con las FARC en noviembre de 2016, que condujo al desarme de los rebeldes comunistas y su inserción en la política como partido.
Colombia arrastra desde hace más de medio siglo un conflicto que deja alrededor de ocho millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.