Por Anne Pascale Reboul/Sophie Deviller
París/AFP
Cinco días después del atentado de Niza, el gobierno francés envía este martes al parlamento un proyecto para prolongar el estado de emergencia, en un clima político tenso por las acusaciones de debilidad en la lucha contra el terrorismo formuladas por la oposición.
El proyecto de ley que el gobierno presenta al parlamento prevé una prolongación de tres meses pero un consenso podría llevarlo hasta seis meses, hasta finales de enero de 2017.
Dicho régimen, decretado tras los atentados del 13 de noviembre, facilita los registros policiales y el arresto domiciliario de sospechosos.
El presidente francés, François Hollande, se mostró favorable el martes a prolongar este régimen de excepción hasta seis meses.
«Cuando ha habido un ataque del que no sabemos si habrá réplicas (…) mi responsabilidad y la del parlamento es prolongar el estado de emergencia, por tres meses, y estoy dispuesto a ir hasta tres meses más», declaró el martes en una conferencia de prensa en Lisboa.
Desde la matanza del 14 de julio, la oposición conservadora no deja de criticar la actuación del gobierno. El lunes reclamó una comisión parlamentaria de investigación sobre la tragedia, que causó 84 muertos y cerca de 300 heridos, 19 de los cuales seguían entre la vida y la muerte el lunes por la noche.
El partido de Los Republicanos, del expresidente Nicolas Sarkozy, defiende también la prolongación del estado de emergencia.
¿Seis meses en lugar de tres?
El ministro de Justicia, Jean-Jacques Urvoas, habló de la posibilidad de una duración que llegue por «precaución» hasta el aniversario de los atentados del 13 de noviembre.
«El gobierno no se opondrá a la idea de prolongar de manera razonable el estado de emergencia», confirmó el secretario de Estado para las relaciones con el parlamento, Jean-Marie Le Guen.
En el estado de excepción también se incluirá la posibilidad de registros administrativos a cualquier hora del día o de la noche sin la aprobación de un juez así como el análisis de los datos de los ordenadores y teléfonos hallados.
El debate parlamentario podría centrarse en las exigencias de la derecha para endurecer todavía más las medidas, incluyendo centros de detención preventiva para las personas sospechosas de radicalización islamista.
El atentado de Niza es la tercera matanza en Francia desde enero de 2015. Con las elecciones presidenciales en el horizonte, dentro de nueve meses, este ataque sigue atizando el clima político francés.
Tanto la oposición conservadora como la ultraderecha acusan al gobierno socialista de ser poco severo frente a la situación.
El primer ministro, Manuel Valls, fue abucheado el lunes en Niza durante la ceremonia de homenaje a las víctimas en el paseo de los Ingleses de esta ciudad turística del Mediterráneo.
‘Carácter premeditado’
El paseo, donde un tunecino de 31 años embistió con su camión a la multitud que celebraba la fiesta nacional y mató a 84 personas, estaba hasta el lunes recubierto de flores, mensajes, velas y muñecos como recuerdo a las víctimas.
Sólo en un lugar del paseo se distinguía una pila de basura y la gente escupía al pasar. Era el supuesto punto donde fue abatido el asesino.
Los investigadores confirmaron el lunes el «carácter premeditado» del atentado, «pensado y preparado» por Mohamed Lahouaiej Boulhel que había estado en el paseo dos días antes para examinar su siniestro recorrido e incluso se había hecho cuatro fotos en el lugar, pocas horas antes de cometer la matanza.
Pese a la reivindicación del grupo yihadista Estado Islámico (EI), «ningún elemento de la investigación demuestra hasta ahora la lealtad (y pertenencia) de Mohamed Lahouaiej Bouhlel a la organización terrorista», declaró el fiscal de París, François Molins.
En cambio, el análisis de su computadora muestra que tuvo un «interés claro y reciente» en el islamismo radical, añadió Molins.
Estos datos revelan que Lahouaiej Bouhlel multiplicó entre el 1 y el 13 de julio sus búsquedas en internet sobre cantos religiosos utilizados como propaganda del EI. También se interesó en los ataques de Orlando, en Estados Unidos, y en el asesinato de un policía y su mujer por un yihadista cerca de París.