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Panamá / Prensa Latina
El movimiento popular opuesto al método empleado en Panamá para reformar la Constitución, entró en una nueva fase al obligar al Gobierno que escuche sus reclamos de convocar una asamblea constituyente.
El presidente del país, Laurentino Cortizo, recibió en el Palacio de las Garzas (Presidencial) a representantes de los grupos que el jueves escenificaron una impresionante marcha, la cual los organizadores calculan en 10 mil personas, que mayoritariamente pidieron una constituyente, algunos de ellos incluso exigen su carácter originario.
‘Cortizo Cohen recibió el jueves a los grupos que marcharon hasta la sede del gobierno y a la vez les solicitó que le permitan un período de un mes y medio para seguir con las consultas y lograr lo que más le convenga al país’, señaló una nota oficial de la Presidencia.
Les aseguró que el texto deberá favorecer al país y no a ‘ningún sector económico’, insistió en el tiempo de espera, porque afirmó que tiene ‘varias opciones’, mientras pidió mantener el diálogo.
Solicitó la oportunidad de reunirse con todos los grupos representativos del país y seguir ‘avanzando y escuchando’ a la gente; ‘si tenemos la oportunidad de introducir cambios donde nos pongamos de acuerdo, hagámoslos para garantizar logros sociales’, afirmó el presidente.
‘Entre todos mejoremos la calidad de la educación’, afirmó y destacó que como gobernante tiene el reto de afrontar y tomar decisiones que ayuden a mejorar la calidad de vida de los panameños. El mandatario reconoció a los manifestantes que la ‘economía viene en picada’, expuso la nota oficial.
Un representante de los maestros entregó al mandatario el pliego de peticiones de su gremio donde solicita mayor debate y la convocatoria de la constituyente que garantice la lucha contra la corrupción y la atención al desempleo, educación y salud, informó la Presidencia.
La marcha la integraron educadores, sindicalistas, organizaciones de profesionales, políticas populares y barriales, ciudadanos independientes y jóvenes estudiantes que fueron los iniciadores de las protestas desde hace varias semanas.
‘Fue un golpe para quienes desde el gobierno, la asamblea y los gremios empresariales creían que el movimiento había sido neutralizado con el diálogo tramposo’, escribió el académico Olmedo Beluche en Twitter.
Por su parte, el sociólogo Mario De León, uno de los protagonistas de las protestas desde sus inicios, entregó una flor ayer a cada uno de los efectivos del Servicio de Protección Institucional que formaron un cordón de seguridad en el Palacio.
El gesto es para ‘cambiar la imagen’ que los medios de comunicación han construido de que los de la Universidad de Panamá somos violentos, ‘nosotros no somos violentos, ni los policías son nuestros enemigos’, declaró De León a Prensa Latina.
Esa flor es también un mensaje a los uniformados de que ‘ellos son pueblo al igual que nosotros, y que los enemigos son los empresarios con sus testaferros que son los políticos que pertenecen a los partidos tradicionales’, expresó.
