Desde el viernes las afectaciones en el servicio de trenes generan un fuerte malestar, en una época en la que muchos franceses viajan para las fiestas navideñas y de fin de año, lo cual el gobierno utiliza para apelar a la tregua, pero los sindicatos lo califican de chantaje, ya que sabía de antemano la reacción que causaría su plan.
El Ejecutivo parece más dispuesto a negociar su también muy criticada edad de equilibrio de 64 años -a la cual deberían llegar los trabajadores para aspirar al cobro de la pensión sin descuentos-, que acompaña la reforma, considerando que su anulación es el principal reclamo de sindicatos reformistas, que sí respaldan el sistema universal.
Sin embargo, Pietraszewski no se comprometió en negociarla, al afirmar que la misma beneficiaría a120 mil franceses ‘que hoy trabajan hasta los 67 años para cobrar la pensión completa’.
Todo parece indicar que cerrará el 2019 sin acuerdos entre el gobierno y los sindicatos, escenario demostrado durante las conversaciones del 18 y 19 de diciembre entre el primer ministro Edouard Philippe y los actores sociales.
Mientras el Ejecutivo insiste en considerar su reforma necesaria y justa, los sindicatos radicales en el rechazo exigen su eliminación para evitar afectaciones en el bolsillo de los jubilados, y los reformistas piden se retire la edad de equilibrio.
En ese contexto, ya se adelantó una nueva movilización en Francia contra el proyecto gubernamental para el 9 de enero, similar a las que llevaron a cientos de miles de personas a las calles el 5, 10 y 17 de diciembre.