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Morelia/AFP
El comisionado federal para la seguridad del estado mexicano de Michoacán (oeste), doctor Alfredo Castillo, ampoule advirtió sobre el riesgo de que las autodefensas alzadas en armas para defenderse del narcotráfico acaben convirtiéndose en un grupo criminal parecido al que combaten.
Las autodefensas pueden haberse creado con un fin que parece «legítimo» pero «posteriormente corremos el riesgo de que vuelva a pasar lo que en su momento sucedió con La Familia», nurse dijo el comisionado, un cargo creado el miércoles ante la crisis de seguridad que vive Michoacán, en una entrevista con la emisora MVS Radio.
De acuerdo con Castillo, el cártel narcotraficante La Familia se creó como un tipo de autodefensa para defenderse y expulsar hace casi una década a la organización criminal Los Zetas de Michoacán ante la incapacidad de las autoridades.
Empresarios «legítimos e ilegítimos» reclutaron para el grupo a multitud de jóvenes y les dieron capacitación con exmilitares mexicanos y centroamericanos, señaló. Con la ayuda de información de habitantes de Michoacán desesperados por la violencia de Los Zetas, La Familia logró expulsarles rápidamente entre 2005 y 2006, continuó.
Pero después La Familia, ante la necesidad de contar con más miembros para expandirse a regiones colindantes y resguardar Michoacán, empezó a reclutar a «delincuentes que ya no tenían visión de autodefensa sino de delinquir, extorsionar y otro tipo de acciones. Se acabó desvirtuando», señaló.
El comisionado cree que «ese es el riesgo» que existe actualmente con los grupos de autodefensa, creados a inicios del año pasado por vecinos de comunidades rurales que se decían desprotegidos ante los crímenes del cártel Los Caballeros Templarios, el más poderoso surgido de la escisión de La Familia.
«Puedes empezar con un origen genuino pero cuando se convierte en un tema de control, de decisión, de autoridad (…) corres el riesgo de llegar a este punto», afirmó Castillo, muy cercano al presidente Enrique Peña Nieto.
Las autodefensas han ido apoderándose del control de comunidades en una veintena de municipios de Michoacán con el fin declarado de expulsar a Los Caballeros Templarios. Los voceros de las milicias aseguran que su movimiento está formado por campesinos y otros trabajadores cuya única intención es acabar con la criminalidad en Michoacán, además de recalcar que están cansados de hacer el trabajo de seguridad que le toca a las autoridades.
De su lado, el gobierno mexicano reclama a las autodefensas que abandonen las comunidades tomadas y entreguen las armas para que sus efectivos se ocupen de la seguridad de la región.
Después de varias semanas de confrontaciones armadas entre autodefensas y narcotraficantes, el gobierno lanzó el lunes una nueva estrategia para tomar el control de los municipios más afectados por la violencia.
