Ciudad de Panamá/AFP
El gobierno de Panamá ordenó la suspensión temporal de un proyecto hidroeléctrico en construcción, treatment rechazado por los indígenas, por incumplimientos ambientales de la empresa a cargo de las obras, informó la vicepresidenta Isabel de Saint Malo.
«La Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) ordena a partir de hoy (lunes) la paralización de las obras del proyecto hidroeléctrico Barro Blanco por incumplimiento del estudio de impacto ambiental», dijo De Saint Malo en conferencia de prensa.
Indígenas de la comarca Ngöbe Buglé (oeste) han protestado en los últimos años, protagonizando incluso enfrentamientos con la Policía, contra el proyecto hidroeléctrico Barro Blanco, que se desarrolla en la provincia de Chiriquí, fronteriza con Costa Rica.
Tras la decisión, los nativos suspendieron las protestas que tenían programadas, entre ellas paralizar el tránsito en la carretera interamericana, una de las más importantes del país, anunció el líder indígena, Ricardo Miranda.
«El pueblo en su mayoría no quiere a Barro Blanco por sus implicaciones» en el medio ambiente y la cultura indígena, dijo Miranda.
Sin embargo, De Saint Malo aclaró que la cancelación de la obra es temporal.
«Lo importante aquí es hacer valer los derechos del país y de la comunidad y las responsabilidades en materia ambiental», añadió la vicepresidenta y canciller.
Según el gobierno panameño, los incumplimientos ambientales se deben a que la empresa no llegó a acuerdos con las comunidades afectadas por el proyecto.
También falta un plan de manejo arqueológico y una auditoría ambiental, debido a la tala de vegetación y el vertido de materiales peligrosos al río Tabasará por parte de la empresa, según las autoridades.
Por estas razones las empresas Generadora del Itsmo, S.A (Genisa) e Hidráulica de San José S.A., ambas panameñas, enfrentarán un proceso administrativo que puede terminar en una multa o en una cancelación total del proyecto.
El vicepresidente de Genisa, Aldo López, advirtió que si hay un paro prolongado «quedaría imposibilitada la obra para siempre», lo que podría ocasionar pérdidas superiores a los 130 millones de dólares y posibles demandas.
«Estoy segura que habrá afectaciones y tendremos que sopesarlas en su momento. El problema es que la ley se está incumpliendo», dijo Mirei Endara, administradora del ANAM.
Los indígenas temen la inundación y violación de sus territorios, además de la destrucción del río Tabasará (Chiriquí), donde se levanta el proyecto.
La hidroeléctrica Barro Blanco, con un 95% de avance, producirá 28 megawatios, según la compañía.
Humberto González, de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa, hizo un llamado al gobierno panameño a que «se busque una salida negociada lo más rápido posible».