Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
“Demandamos del Gobierno del presidente Nayib Bukele que escuche a las organizaciones de mujeres y de la sociedad civil que trabajamos en el terreno con la población. Porque si bien tienen un Plan Territorial, no conocen el territorio, ni el día a día de las problemáticas de las mujeres. Porque ellas nos cuentan como no son atendidas, como están siendo violentadas e incluso, por aquellos funcionarios que supuestamente defienden derechos, como la Policía Nacional Civil (PNC) y el Ejército”, expresó Breni Herrera, directora del Instituto de Investigación, Capacitación y Desarrollo de la Mujer (IMU).
Las banderas violetas, las frases simbólicas, denuncias y demandas estampadas en mantas, cartones y banners, son muestra de la “resistencia feminista”, en el marco de la conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, que lejos de ser una fecha para las felicitaciones, es un valoración sobre los avances en materia de derechos a las mujeres.
“Las mujeres contamos con leyes, pero no se están cumpliendo, y lo que demandamos de este Gobierno, que aparentemente va a tener el control absoluto y totalitario del camino de nuestro país, que cumpla con las leyes, porque el presidente Nayib Bukele, el año pasado dijo que la violencia contra las mujeres había disminuido y no es cierto, eso no es cierto”, dijo.
“Estamos demandando mayor presupuestos para las mujeres, que cumplan las leyes y se vuelvan a abrir los espacios de diálogo que estaban establecidos en gobiernos anteriores; porque esto han desaparecido”, agregó Herrera.
La lucha de las mujeres por sus derechos no ha sido fácil, históricamente en marzo de 1857, en la ciudad de Nueva York, miles de trabajadoras de la industria textil salieron a las calles exigiendo mejores salarios y trato digno, hasta que la policía las reprimió a golpes.
Cinco décadas después, el 8 de marzo de 1908, fueron 15,000 mujeres que vuelven a tomarse las calles en Nueva York, por un aumento salarial, menos horas de trabajo, derecho al voto y erradicación del trabajo infantil. Con la frase “Pan y Rosas”, o sea, seguridad económica y mejor calidad de vida.
“Justicia para las Obreras de Florenzi”, “Mujeres Organizadas en Resistencia”, “Yo defiendo la Madre Tierra”, “Resistencia Feminista”y “Juntas Luchamos, Resistimos y Avanzamos”, corearon las mujeres de los colectivos: Foro Nacional de Salud, FDIM, Vía Campesina, la Alianza por la Defensa de los Derechos de las Mujeres Rurales, IMU, Las Mélidas y Fundemusa.
Delia Cornejo, de Las Mélidas, denunció en su intervención la prevalencia de la violencia contra las mujeres, que sumando a la prologada “cuarentena domiciliar” provocó situaciones de vulneración de derechos de las mujeres, ya sea de forma intrafamiliar e institucional al no contar con entidades de Gobierno que las atendieran.
“Desde enero a junio del 2020 se registraron 9,176 hechos de violencia denunciados; así también 2,271 casos de violencia sexual en niñas y mujeres, de las cuales, 1,569 son menores de 18 años. Sobre registros de violencia física suman 2,812 casos, 2,043 hechos de violencia patrimonial, 42 casos de violencia laboral, 1,845 denuncias de otros delitos contemplados en la LEIV, así como 57 feminicidios”, señaló Cornejo.
También, derechos elementales como la salud y empleo fueron denunciados por los colectivos de mujeres feministas, como una “enorme” deuda del poder Ejecutivo, que no ha trabajado con un enfoque de género, para la orientación de fondos, programas o proyectos para el 53 % de la población salvadoreña.
“Nayib Bukele prometió combatir el flagelo del embarazo y abusos en niñas y adolescentes, sin embargo, este año se experimenta un incremento de embarazos, que se dan principalmente durante el período de la pandemia por COVID-19. Datos oficiales del MINSAL señalan que entre enero a junio de 2020 se registraron 250 niñas embarazadas de 10 a 14 años. Y en el rango de 15 a 19 años, 6,581 embarazos, que refleja la vulneración de los derechos de niñas y adolescentes”, sostuvo.
Mientras, en el tema laboral, Cornejo agregó que el despido de 9,000 personas, entre la mayoría mujeres, se vieron incrementadas por el Ejecutivo, y luego con la pandemia la empresa privada.
“En la cuarentena se suman las pérdidas de empleos informales por cierre de mercados y negocios locales, profundizando más la pobreza de las mujeres. Además, se incrementa el trabajo no remunerado de tareas del cuidado para niñas, adolescentes y mujeres. Y las mujeres ejercemos las mismas actividades laborales que los hombres y, sin embargo, enfrentamos una brecha salarial y la inexistencia de una ley nacional de pensiones que incorpore el tema de género, en donde se garantice una pensión vitalicia a las mujeres por su aporte a la economía nacional”, sostuvo.
Verónica Guerra, del FNS, demandó del Gobierno del presidente Nayib Bukele, dar continuidad a programas, proyectos y políticas a favor de las mujeres, especialmente de las zona rural y urbano marginal. Además, ser visibilizadas en los planes gubernamentales.
“Asignar recursos en el presupuesto del ISTA, para compra de tierras y asignarle media manzana a mujeres productoras en las comunidades, principalmente que estén organizadas en diferentes estructuras de organización local. Y recursos para la implementación de las políticas sociales, desarrollando programas integrales de fomento a la agricultura y acceso a medios de vida, el acceso al crédito e igualdad. Y la territorialización de las políticas púbicas en favor de las mujeres, que debe pasar por un marco legal que ampare el derecho a la alimentación y el agua”, puntualizó.