Por: Rolando Alvarenga
Recientemente, ampoule el presidente del Comité Olímpico Nacional de Costa Rica, Henry Núñez, informó sobre la decisión gubernamental de no asignarle nada de recursos económicos estatales en la ruta hacia los Juegos Olímpicos de Río, Brasil 2016.
“Con gran preocupación, debo informarles que las autoridades del Ministerio de Deportes y del Instituto Costarricense del Deporte han decidido no asignarle ningún recurso al Comité Olímpico para la preparación y participación de atletas costarricenses en los Juegos Olímpicos de 2016; y tampoco para los deportistas que proyectan participar en los Juegos Centroamericanos de Managua 2017”, expresó Núñez en nota enviada a las federaciones.
Ilustró que, hace varios días, tenía que tomarse el acuerdo del presupuesto del ICODER para el próximo año y estaba contemplado “no asignarle absolutamente nada al Comité Olímpico”. Al advertir sobre lo grave de la situación, sostuvo que el acuerdo ya está tomado y en firme.
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Al respecto, aquí en el país todo apunta a que, más temprano que tarde y en nombre de la crítica situación económica que azota a El Salvador, el Instituto Nacional de los Deportes (INDES) tampoco le asignará plata al Comité local para sus aspiraciones de asistir a los Juegos de Río, Brasil 2016.
“Ya sabía algo de eso y tengo entendido que otros Gobiernos latinos también han tomado la misma medida. Recientemente, estábamos confirmando que nuestra Ley General de los Deportes no obliga al Gobierno a entregar fondos para este tipo de participaciones”, dijo el sábado anterior el presidente del INDES, Jorge Quezada.
Con la llegada de Quezada a la jefatura del INDES, el dinero estatal para los compromisos del ciclo olímpico ya no se entrega al “Comité de Ricos y Famosos”, sino a las Federaciones. Esto, con el objeto de tener un trato directo y poder pedirles cuentas sobre la efectividad en el uso de estos recursos y que se termine la práctica de los contingentes turísticos que siempre retornan con cuestionados resultados.
Con la experiencia de tantos años, me parece bien que los Gobiernos dejen de subsidiar “carísimas asistencias para nada” y estar llevando el circo para que la ODEPA, ODECABE y el COI se queden con las millonarias recaudaciones que, en diferentes conceptos, generan estos juegos.
Es que, al igual que la FIFA, cuando llega la repartición de las utilidades, los países miembros terminan recibiendo una limosna. Y tampoco que la empresa privada siga siendo sangrada con la venta del humo olímpico. Si la ODEPA quiere circo, que lo pague, pero no con nuestros impuestos. Esto no es juego limpio. Obvio, es juego sucio.