Por Karim Talbi, viagra Rana Moussaqui
Ginebra/AFP
Los negociadores del gobierno de Bashar al Asad y de la oposición se reunieron este lunes en Ginebra, find por tercer día consecutivo, para discutir sobre el gobierno de transición, el tema más espinoso de la conferencia de paz sobre Siria.
«La delegación gubernamental para Ginebra II no viajó a la Conferencia para entregarle el poder a los que conspiraron contra el pueblo durante los tres últimos años», advirtió este lunes la prensa oficial siria.
Los negociadores de Al Asad «están en Ginebra para hablar en nombre del pueblo sirio que fue blanco del terrorismo de los grupos armados vinculados a Al Qaida», afirmó el diario gubernamental Teshrin.
La víspera, la oposición había señalado que la jornada del lunes iba a permitir clarificar las cosas.
«Vamos a ver si el gobierno está de acuerdo con una solución política o si se queda con una solución militar», declaró Luai Safi, miembro de la delegación opositora.
«Vamos a empezar a hablar de la transición de la dictadura a la democracia», dijo Safi.
«El gobierno, claramente, no se muestra entusiasta, arrastra los pies», agregó Safi.
Desde hace meses, la transferencia del poder es la «línea roja» de las negociaciones para las dos delegaciones.
El principio de la formación de un «órgano de transición gubernamental» fue enunciado en el comunicado final de «Ginebra I» en junio de 2012.
Esa idea, fruto de un paciente trabajo diplomático de rusos y estadounidenses, divide a partidarios y enemigos del presidente Al Asad.
Divide tanto a rusos e iraníes, «padrinos» del gobierno sirio, como a occidentales y monarquías del Golfo, sostenes de la oposición.
La oposición considera que Ginebra I es sinónimo de gobierno de transición y salida de Al Asad, en el poder desde el año 2000.
El gobierno considera que abre la puerta a un gobierno de unión nacional ampliado y que la eventual salida del presidente la decidirán los sirios en elecciones.
El sábado y domingo, las delegaciones han negociado en un clima de «respeto mutuo», según el mediador de la ONU, Lajdar Brahimi.
Los negociadores de los dos campos enemigos celebraron sesiones de trabajo por la mañana, juntos en la misma sala pero pasando por Brahimi para hablarse.
Por la tarde, las negociaciones transcurrían en unos salones separados y el mediador de la ONU iba de unos a otros.
El mismo método se iba a aplicar este lunes.
El gobierno y la oposición no van a perder de vista lo que sucede en el terreno, particularmente en Homs, después de la promesa del gobierno de dejar que las mujeres y los niños abandonen la ciudad asediada desde hace meses.
El anuncio fue recibido con escepticismo por los rebeldes de Homs, que reclaman «garantías» de que los civiles no serán detenidos al salir de la ciudad.
Los negociadores examinaron el domingo el problema de los prisioneros y desaparecidos, un fenómeno que se amplificó desde que el movimiento de protesta de marzo de 2011 se transformó en guerra civil sangrienta que dejó más de 130.000 muertos y millones de refugiados y desplazados.