París / Prensa Latina
El secretario de Estado francés del Transporte, Jean-Baptiste Djebbari, y el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Philippe Martínez, intercambiaron acusaciones por la crisis creada en torno a la reforma de la jubilación.
Ambos fijaron postura en entrevistas concedidas al semanario Le Journal du Dimanche, cuando el país entró en su vigesimoquinto día del paro convocado por sindicatos para rechazar la iniciativa gubernamental, consistente en establecer un sistema universal de pensiones por puntos, que eliminaría los 42 regímenes actuales.
El gobierno insiste en que su plan traería justicia social y equilibrio al ámbito del retiro, mientras los detractores advierten que golpearía el bolsillo de los jubilados y beneficiaría a los intereses financieros.
En este contexto, Djebbari atribuyó a la CGT, organización líder en la campaña contra la reforma, la práctica de un sindicalismo ‘de bloqueo e intimidación’, y Martínez aseguró que el ejecutivo prepara ‘un burdel y juega al empeoramiento’ de la situación.
‘Emmanuel Macron quiere ser el hombre del nuevo mundo, pero imita a Margaret Thatcher’, subrayó el secretario general, quien aboga por la anulación del proyecto y el comienzo de negociaciones para mejorar el sistema de pensiones vigente, que considera ‘el mejor del mundo’.
Por su parte, el funcionario estimó que se ‘ejerce una presión anormal e inaceptable sobre una parte de los ferroviarios’, en una huelga con un severo impacto en el transporte público, la cual ya superó en días a la realizada en 1995, cuando tuvo que renunciar el primer ministro Alain Juppé con su propuesta de ‘modernización’ del país, tildada de neoliberal.
Según Djebbari, la CGT quiere impresionar con golpes mediáticos y engañar a los franceses con ‘la politización del movimiento hacia la extrema izquierda’, pero para Martínez, de lo que se trata con la reacción a la reforma es de la puesta en evidencia del malestar ciudadano tras dos años y medio de sufrimiento, con la llegada de Macron al poder.
Siempre con la huelga se ha logrado algo, vemos que después de semanas de protestas el gobierno ha aceptado mantener este o aquel régimen especial de jubilación, dijo el dirigente sindical, un férreo crítico del sistema universal por puntos, porque ‘no traerá nada bueno’.
Resignados a pasar el fin de año sin solución, los franceses esperan con alguna expectativa la nueva reunión gobierno-sindicatos del 7 de enero, aunque hasta ahora las pláticas, incluyendo las más recientes, el 18 y 19 de diciembre, no han dado resultados.
Del lado de las organizaciones opuestas radicalmente a la reforma, se convocó para el 9 de enero una jornada de protesta nacional, que sería la cuarta gran movilización desde el comienzo del paro el 5 de diciembre.