Carlos Girón S.
Un hecho patente que los opositores no quieren ver ni aceptar es el trabajo que han realizado y siguen realizando por el bienestar de la población los gobiernos central de la República, y el local de San Salvador, presididos respectivamente por Salvador Sánchez Cerén y Nayib Bukele.
A pesar de que hacen gran bulto por su importancia y dimensión, los que malquieren a los jefes de dichos gobiernos los ningunean o ignoran o minimizan, sin hacer el mínimo reconocimiento sino, antes bien tratan de opacarlos dando gran relevancia y magnificando algunas fallas o errores –que también los cometen jefes de gobierno, pero que son nimiedad comparados con la dimensión de la obra positiva.
De las obras más relevantes y vitales llevadas a cabo por el presidente Sánchez Cerén y su gabinete destacan las áreas de salud y educación, siguiéndole la de obras públicas. Sabiamente, este Gobierno ha enfocado e incrementado las inversiones en esos campos que traen un positivo y concreto beneficio a la población en general, no sólo a los ciudadanos, sino igualmente a los grupos corporativos privados que innegablemente se favorecen con dichas obras. Los críticos no quieren verlo, menos aprobarlo y elogiarlo; al contrario, tildan de “derroche y malbaratar el dinero” en esas tantas obras que contribuyen definitivamente al crecimiento y el progreso de nuestro país y, lo importante, estarlo sacando del barranco en donde lo hundieron las administraciones anteriores a las del FMLN.
En el área de la construcción de caminos y carreteras es también algo donde los logros los palpa la población, como es unir poblaciones y franquearles vías seguras para el traslado de los productos agrícolas hacia los mercados y también donde los transeúntes pueden caminar con más seguridad y tranquilidad, y los conductores desplazarse con mayor seguridad.
Pero tampoco eso es meritorio para los malquerientes del actual Gobierno. Lo que los críticos y opositores ven es para afuera, que este o aquel país vecinos han hecho tal o cual cosa de relevancia o envergadura, no con otro propósito sino el de querer poner en desventaja a El Salvador.
Un punto serio que le achacan al Gobierno Central es que no logre erradicar del todo la violencia, la delincuencia y el crimen en todas sus formas, sin fijarse que estos males no son privativos de nuestro país, sino que cunden en las diferentes latitudes, a cuales más graves y crueles, de los cuales no se salvan ni los “grandes países”, donde se ven también masacres iguales o peores a las que a veces se han escenificado en nuestro terruño. Sin embargo, es loable y digno de aplausos de la población ver los esfuerzos ingentes que las autoridades de seguridad realizan para combatir y contrarrestar la furia de esa ola de criminalidad. Hay logros ostensibles, ah… pero para los ciegos no existen.
Para esa lucha sin cuartel contra el crimen, que no puede llevar a cabo sólo con las manos el Gobierno, se requieren de fuertes recursos, pero, fuerzas conjuradas, encargadas de las leyes y la justicia, formando un solo frente con la oposición, se niegan a permitirle al Ejecutivo disponer de esos refuerzos económicos, como son los bonos emitidos por 900 millones de dólares. Increíble, insólito, al no tomar en cuenta que ellos, los responsables de esa maniobra, se vuelven así cómplices con los criminales, que golpean y sangran al pueblo trabajador.
Igual está sucediendo en estos momentos con el rechazo inmediato que se da al 13 por ciento al consumo de energía eléctrica acordado por el Ejecutivo, justo para recabar fondos para aquel mismo fin de combatir el anti-terrorismo. Los opositores aducen el daño que se hace a la población, a los pobres. Frente a esto, el Gobierno se ha apresurado a declarar que garantiza el subsidio en la energía eléctrica que mantiene para las familias más necesitadas que ya gozan del subsidio también al gas. Esto compensa lo otro.
El Gobierno local de San Salvador igualmente, camina a la par del Gobierno Central en cuanto a la realización de obras de mucha utilidad. Nuestra capital luce hoy por las noches hermosamente iluminada en todos los barrios y colonias gracias a la excelente idea del Concejo Municipal capitalino, que ha sacado a nuestra población de las sombras cómplices del crimen en que se mantenía por la inopia de gobiernos edilicios anteriores, dedicados más que todo a lucrarse en lo personal. Y es sospechoso el robo y daño que se está haciendo a las lámparas del alumbrado público.
Pronto también se comenzará a construir un nuevo Mercado Municipal en el centro de la Capital, con un millar de puestos para beneficiar a cientos de vendedores y vendedoras. Esa es demostración de una seria preocupación e interés por el bienestar de la gente –lo cual es el sello de los buenos gobernantes que trabajan por y para el pueblo, como debe ser en una democracia –si es que se quiere merecer esta denominación.