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Oakland/EEUU/dpa
El vigente campeón Golden State Warriors evitó una prematura eliminación en laNBA al vencer 120-111 a Oklahoma City Thunder, doctor que igualmente mantiene una ventaja de 3-2 y tendrá la ocasión de cerrar en casa la final de la Conferencia Oeste de la Liga estadounidense de baloncesto.
Después de sufrir dos derrotas consecutivas y por amplio margen, algo que no le había sucedido en toda la campaña, los Warriors recuperaron en la noche del jueves la intensidad y levantaron el primer «match point» en el Oracle Arena de Oackland de la mano de los «Splash Brothers», Stephen Curry y Klay Thompson, y un mayor aporte de los suplentes.
Curry, con 31 puntos (12 de ellos en el último cuarto), y Thompson, con 27, lideraron la ofensiva de Golden State, pero esta vez contaron con el apoyo de los pívots: el australiano Andrew Bogut aportó 15 tantos y 14 rebotes, Marreese Speights sumó otros 14 puntos y Draymond Green colaboró con 11 unidades y 13 recobres.
«Hicimos lo que teníamos que hacer, ganar en casa, para mantenernos vivos», afirmó Curry. «Pero esto no se acabó porque sabemos lo que tenemos que hacer para seguir adelante».
«Sabíamos que, si no ganábamos, nos íbamos a casa; no había otra opción y ésa era toda la motivación que necesitábamos», añadió la gran estrella de los Warriors.
Asfixiados por la presión defensiva que impuso Oklahoma en el perímetro, Golden State apostó mucho más de lo habitual al juego interno, estrategia que le dio grandes dividendos. Una muestra de ello es que llegó a 120 puntos a pesar de anotar sólo nueve triples.
Por el lado de Oklahoma, sus opciones de triunfo quedaron reducidas a lo que pudieran aportar Kevin Durant y Russell Westbrook, esta vez poco acompañados por sus compañeros.
Durant cerró el juego con 40 puntos, siete rebotes y cuatro asistencias, mientras que Westbrook completó el partido con 31 tantos, siete recobres y ocho asistencias.
El pívot español de origen congoleño Serge Ibaka colaboró con 13 puntos, con tres triples, y ocho rebotes.
«Jugamos con mucho corazón hoy», afirmó Durant. «Ellos no jugaron mejor, ellos no nos superaron, estuvimos en la pelea. Pero tenemos que jugar mejor».
«No nos podemos relajar. Tenemos que poner el pie en el acelerador», avisó la estrella de los Thunder.
Con la victoria, Golden State evitó la eliminación en casa, pero todavía tiene la presión de estar abajo en la serie y cuenta con la obligación de ganar en Oklahoma para prolongar la eliminatoria.
«Me gustaron nuestras ganas, nuestra lucha», destacó Steve Kerr, entrenador de los Warriors. «Estuvimos desconcertados en Oklahoma en los dos últimos partidos, pero esta noche peleamos duro y ahora estamos a mitad de batalla».
El técnico de los vigentes campeones se mostró confiado en que sus hombres saldrán airosos del duelo a vida o muerte que decidirá su continuidad o no en la batalla.
«Yo sabía cómo jugaríamos, porque éste es un equipo campeón», señaló Kerr. «Hemos pasado por muchas los últimos dos años y siempre respondimos bien ante la adversidad. Y eso era exactamente lo que esperaba».
Después de batir el récord de triunfos en la serie regular con 73 victorias y nueve derrotas, los Warriors pretenden ahora convertirse en el décimo equipo en la historia que consigue remontar un 3-1 en la NBA.
«El ambiente será electrizante y creo que estamos preparados para este reto», sentenció Curry.
El sexto partido está previsto para el sábado en Oklahoma City. En caso de ser necesario un séptimo, se llevará a cabo el lunes, de nuevo en Oracle Arena de Oakland.
