Caralvá
Intimissimun
El 30 de julio de 2021 publicamos el artículo: “Impago y Golpe de Estado 1931 (VI)”, en el reseñamos las crónicas de Diario Latino, que ahora ampliamos con uno de los implicados.
Debemos anotar que los militares se consideran en momentos históricos “salvadores de la Patria” así de un día para otro derriban gobiernos genuinos, si triunfan se inaugura un nuevo orden con sus ordenanzas y constitución, si fracasan son pasados por las armas o exiliados. Esta sucesión de golpes de estado continúa durante el siglo XX (en nueve ocasiones), no obstante, en pleno Siglo XXI otro golpe institucional ilegal acontece el 01 de mayo de 2021 que inaugura un procedimiento ilícito de la Asamblea Legislativa al eliminar a las autoridades de la Corte Suprema de Justicia, al fiscal general de la República y habilitó inconstitucionalmente la reelección presidencial etc., son eventos históricos pero fracturan la débil vida democrática de la nación. En los artículos se puede inferir la celebración – de aquella época- por el reciente golpe de Estado del General Martínez el 2-3 de diciembre de 1931 contra el presidente Arturo Araujo pero esos ciudadanos no sabían que renunciaban a la democracia durante catorce años, que vivirían bajo la represión, la reelección presidencial y además la imposición de una Constitución espuria.
06 de diciembre de 1931.Diario Latino. Hoy Aniversario de la intentona de Aberle y Noguera
(fragmento) “Hoy cabe que la Juventud Militar Impone el Derecho y la legalidad[1], cabe hacer un recuento del seis de diciembre de 1927, en que la osadía de dos bravos militares fue castigada con la muerte”.
Tres diciembres trágicos hay en los anales patrios.
“Y entre el gesto libertario de la juventud militar del dos de diciembre en la noche y la intentona de Aberle y Noguera, se destaca con negros crespones el trágico 25 de diciembre de 1922 en que se masacró al pueblo salvadoreño”.
“Hace cuatro años, a las ocho de la mañana de este día seis de diciembre de 1927, San Salvador fue sorprendido por el Golpe de Estado que trataba de dar en tierra con el régimen administrativo del doctor Pío Romero Bosque, quien estaba a la sazón mal visto por cierto elemento reaccionista, el que, no contento con los procedimientos de aquel Gobierno buscaba en el ejército, sorprendiendo la buena voluntad de elementos militares de valía, hombres que afrontaran la situación y que no decidieran deponer al Presidente que, por fortuna de él, detuvo el golpe que se le venía encima.
Cuatro años hace que las calles de esta capital fueron sorprendidas por la alarma de gente armada que iba de una a otra parte, afanosa, preocupada, urgida: ir y venir de automóviles y movimiento en los cuarteles: caballería y agitación en los habitantes de la ciudad”.
“¿Después? El Estado de sitio, los apresados que se creían no estaban comprometidos, la expulsión de algunos hombres y por último, el dominio de avalancha por el propio Presidente, la reclusión del coronel Juan E. Aberle y Mayor Manuel Alfaro Noguera”.
“Ya se sabe de la resonancia que tuvo este fracasado intento de Golpe de Estado en toda la República y las disposiciones terminantes del Primer Mandatario, después de haber conjurado el peligro que estuvo a punto de terminar con los nueve meses y cinco días de su administración y que -de haber triunfado los que se levantaran- quién sabe si el hoy expresidente estuviera en destierro o hubiera padecido en mazmorra penitenciarias, sufriendo las consecuencias que se derivan del golpe de estado”.
“San Salvador se estremeció fuertemente y por horas estuvo sometido a esas dudas e indecisiones que existen en los ánimos cuando se ignora el porqué de tal o cual acto de subversión”.
“Pasados los acontecimientos y el lapso en que se encerraron hechos que poco más, poco menos se conocen, pudiéramos hacer una reseña de los motivos de aquella rebelión y el resultado de ella; el tacto político del doctor Romero Bosque y todo lo que envolvía y que diera ocasión para que germinara el deceso de derrocar a un gobierno de transición como era el que regía aquel gobernante; más no son estos momentos oportunos para recuentos históricos y ya se llegará el día en que se conozca en todos sus detalles lo que podría haber cambiado la faz de los destinos de El Salvador”.
“Hoy es cuarto aniversario (1931) de aquel fracasado movimiento subversivo, el que costara la extinción de dos vidas jóvenes, llenas de energía, valientes, hechas para cruzadas épicas, las que se recuerdan con cariño y admiración, por su arrojo y audacia”.
“Sabido es también que, al pasar el doctor Romero Bosque a su vida privada, vino también el cúmulo de denuncias, entre ellas, las que se introdujeron a la Asamblea por el fusilamiento de estos dos jóvenes, promesas de la patria y pundonorosos militares que supieron, hasta en los últimos momentos, conservar su continente de hombres que tenían bien puestos el corazón, los brazos y el cerebro”.
“Y, extraña coincidencia: tres épocas, en las que mediaban cinco años, y cuatro, hubo tres diciembres rojos, manchados de sangre de patriotas. Ellos son:
Veinticinco de diciembre de 1922, cuando las ametralladoras, la fusilería de la soldadesca y de hombres sin religión y sin ley, asesinaran en las calles de esta capital a gente indefensa, para, por ese medio atemorizar a los ciudadanos e imponer una candidatura presidencial.
Llega después de cinco años el seis de diciembre de 1927, día martes, en que por buscar cómo derrocar a un presidente y su gabinete, dos hombres encontraron la muerte al pie de los muros de la Penitenciaría Central, en una madrugada nebulosa, friolenta y llena de urgencia militares.
Pasan otros cuatro años y se presenta el dos de diciembre de 1931, miércoles. Y es esa noche que las ametralladoras siegan vidas, que la fusilería pone pavor en los habitantes de la capital y que el empuje de las vigorosas fuerzas, audacia, decisión y fe de unos cuantos muchachos valerosos quitan de encima las privaciones y dolores del pueblo salvadoreño, derrocando un régimen administrativo desastroso, pocas veces contemplado en la vida republicana salvadoreña”.
Asamblea Legislativa investiga Golpe de Estado
Declaración del mayor J. Benjamín Ortiz
(Fragmento Diario Latino 19 de noviembre de 1931)
“… lo que sabe sobre los sucesos del 6 de diciembre de 1927 q´ culminaron trágicamente. El Mayor Ortiz era Jefe interino de la Policía judicial en aquellos tiempo. Ayer tarde declaró ante la Comisión Especial de la Asamblea, el mayor J. Benjamín Ortiz, sobre los sucesos del 6 de diciembre de 1927, su declaración dice así:
“Contesta: que el seis de diciembre de mil novecientos veintisiete, como a las ocho de la mañana el declarante llegó a la oficina del señor Director General de Policía, como de costumbre, a dar parte de las novedades ocurridas en la Policía Judicial, que en esos mismos momentos llegó el tercer jefe de la Policía, mayor Eugenio Pineda y le dijo al señor Director que un grupo de veinte hondureños emigrados, que deseaban también hablarle, contestándole el Director: “ya le dije que se esperen” retirándose de nuevo el mayor Pineda; a estas cosas el declarante le dijo al Director: “ no pueden ser emigrados hondureños” porque un día había regresado de Sensuntepeque y se había sabido que no había ningún movimiento revolucionario en Honduras, que como al minuto de haber dicho estas palabras, entró el mayor Manuel Alfaro Noguera al despacho del Director y apuntándole con un revólver pequeño, le dijo estas palabras: “Coronel: el Ejército se ha sublevado, usted se da por reo”. El general Leitzelar le dijo: “Bueno, voy a acabar de firmar”; pero en esos mismos instantes entraron como cuatro individuos vestidos de paisano, desconocidos, revólveres en mano y entonces el mayor Noguera le dijo al Director; “ el presidente de la República es el coronel Aberle porque el Ejército está sublevado”; que a estas palabras el declarante salió de la oficina y dirigiéndose al despacho del Subdirector, coronel José Antonio Lorenzana, le dio parte de lo ocurrido y saliendo al corredor juntamente con el coronel Lorenzana, le dijo; “vamos a la Guardia a traerla para capturar a estos individuos” pero el coronel Lorenzana no quiso creer el parte que se le daba porque vio que todo el mundo estaba muy tranquilo y los empleados estaban trabajando en sus puestos; que el declarante, conociendo el peligro en que se encontraba, dejo al coronel Lorenzana y salió a la calle, pero que en el momento en que pasaba por el zaguán inmediato a la oficina del Director, oyó que el mayor Alfaro Noguera hablaba por teléfono al coronel Aberle y le decía: “coronel Aberle aquí todo está arreglado “mándeme dos compañías”; que el declarante de allí se dirigió a la casa del doctor Romero Bosque, hijo, a darle cuenta de lo sucedía y que de allí se fueron juntos a la Casa Presidencial en donde el declarante dejó al doctor Pío Romero Bosque, hijo, y de allí se fue a su oficina de la Policía Judicial en donde era jefe interino, a preparar la gente para estar listo para cualquier movimiento que pudiera resultar. Que lo declarado es la verdad y por constarle de vista y oídas y leída que le fue su declaración la ratificó y firmamos. amazon.com/author/csarcaralv
[1] 2 de diciembre de 1931
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