Por Jacques Klopp
Londres/AFP
La primera ministra británica, Theresa May, defendió una ruptura «clara y nítida» con la Unión Europea (UE) al declarar que el Brexit significaba también una salida del mercado único europeo.
«El Reino Unido no puede continuar siendo parte del mercado único», subrayó May en un esperado discurso en Londres con el que luego de meses de suspenso reveló sus prioridades para las negociaciones con la UE.
May, que tiene previsto activar el procedimiento de divorcio del Reino Unido con la UE antes de fin de marzo, preludio a dos años de negociaciones, anunció que someterá el acuerdo final al Parlamento británico, lo que hizo subir la libra esterlina.
Para la primera ministra, mantener al Reino Unido en el mercado único de 500 millones de consumidores es incompatible con la prioridad número uno de Londres: controlar la inmigración europea que pasa por el fin del principio de libre circulación de trabajadores.
«El Reino Unido es un país abierto y tolerante pero el mensaje del pueblo fue claro: el Brexit debe permitir controlar la cantidad de europeos que vienen al Reino Unido», subrayó.
En el referéndum de 2016, 52% de los electores británicos votaron por salir de la UE y muchos citaron el control de la inmigración como motivo principal.
«Queremos una nueva asociación equitativa (…) no un estatuto de miembro parcial o asociado de la UE, que nos dejaría mitad adentro o mitad afuera», insistió.
‘Por etapas’
«No vamos a buscar seguir siendo miembro del mercado único pero vamos a buscar tener el mayor acceso posible», desarrolló. El 44% de las exportaciones británicas fueron a la UE en 2015.
Para evitar «un cambio demasiado brusco», May propuso una implementación «por etapas» de un acuerdo con la UE al término de las negociaciones con el bloque.
«Al Reino Unido le interesa que la UE tenga éxito», dijo. Gran Bretaña seguirá siendo «el mejor amigo y vecino de nuestros socios europeos», prometió, advirtiendo a los europeos sobre toda voluntad de desunir a su país.
«Serán siempre los bienvenidos en este país como esperamos que nuestros ciudadanos lo sigan siendo en los vuestros», lanzó la jefa de gobierno conservador ante los embajadores de los 27 países miembro de la UE invitados a Lancaster House.
Pero el Reino Unido será también «un país que mira más allá de las fronteras de Europa», agregó, celebrando el proyecto de una «gran nación mercante a escala mundial».
Hasta ahora, la primera ministra no se había aventurado más allá de la frustrante fórmula «Brexit significa Brexit» para intentar calificar los términos de la futura ruptura.
El discurso del martes marcó una verdadera ruptura, encaminando a su país hacia un Brexit más «duro» que «flojo».
El Brexit llevará 5 años
Al expresar su voluntad de sacar al Reino Unido del mercado único, Theresa May mostró que asume las advertencias de los europeos que insistieron que no habrá acceso posible a la UE sin el respeto de la libertad de circulación.
May insistió sobre la construcción de un Reino Unido «abierto al mundo», que firma sus propios acuerdos comerciales con los países del Commonwealth, con los gigantes asiáticos y con Estados Unidos.
El lunes, May recibió el entusiasta respaldo del presidente electo de Estados Unidos Donald Trump, que anunció al diario The Times que quería concluir «muy rápidamente» un acuerdo comercial.
El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, se felicitó por los anuncios de May expresando que «al fin [hay] un poco de claridad».
Unas horas antes del discurso, la primera ministra polaca, Beata Szydlo, repitió su preferencia por un Brexit «suave» que garantice «los derechos de los ciudadanos polacos y europeos».
El ministro de Exteriores austríaco, Joerg Schelling, estimó que «el Brexit tomaría cinco años». «Nadie sabe lo que sucederá exactamente», dijo.
Este martes, Theresa May no sólo expuso su plan, sino que también intentó pacificar a un país profundamente dividido desde el referendo.
En su discurso, May llamó a los británicos a «dejar de lado las viejas divisiones y unirse para hacer del Brexit un éxito» y pidió que cesen los «insultos» y el rencor.