Por Alfons Luna
Londres/AFP
El ministro de Finanzas griego, sovaldi sale Yanis Varoufakis, busca este lunes ayuda de Londres a su pretensión de renegociar su deuda, fortalecido por el apoyo del presidente estadounidense Barack Obama.
Varoufakis se reunió por la mañana con su homólogo británico George Osborne.
«Agradezco esta oportunidad, tan rápido después de las elecciones griegas, de hablar cara a cara con Yanis Varoufakis sobre la estabilidad de la economía europea y cómo propiciar su crecimiento», dijo Osborne antes del encuentro.
Por su parte, el nuevo primer ministro griego Alexis Tsipras, en visita a Chipre, dijo que no esperaba encontrar tantos apoyos y que lo que quiere Grecia es un debate sobre la deuda para «todos los pueblos de Europa».
Tsipras aludía así a las palabras de aliento de Obama, que en una entrevista en la televisión CNN, manifestó: «no se puede seguir exprimiendo a países que están en medio de una depresión».
«En algún momento debe haber una estrategia de crecimiento para que pague sus deudas y eliminar parte de su déficit», sostuvo el presidente estadounidense, cuyo gobierno se ha mostrado inquieto varias veces por la estrategia europea de austeridad presupuestaria contra la crisis (el ralentí de la economía estadounidense en el cuarto trimestre se debió a la caída de las exportaciones).
Obama afirmó que Grecia tiene «una terrible necesidad» de reformas, pero dijo que «es muy difícil emprender cambios cuando el nivel de vida de la gente cayó un 25%. A la larga, el sistema político, la sociedad, no pueden soportarlo».
Obama dijo que espera que Grecia permanezca en la zona euro, pero que ello requiere «compromisos de todas las partes».
«La prudencia fiscal es necesaria, las reformas estructurales son necesarias en muchos de estos países (europeos), pero lo que aprendimos de nuestra experiencia en Estados Unidos (…) es que la mejor manera de reducir los déficit y de restaurar la solidez fiscal es crecer», señaló.
El PBI griego se contrajo en alrededor de 25% entre 2009 y comienzos de 2014, antes de volver a crecer en el segundo y el tercer trimestre del año pasado tras años de recesión.
La coalición de izquierda radical Syriza, que triunfó en las elecciones legislativas del domingo pasado, quiere renegociar la deuda del país, de unos 300.000 millones de euros (cerca del 175% el PIB).
Obama dijo que espera que Grecia permanezca en la zona euro, pero que ello requiere «compromisos de todas las partes».
«La prudencia fiscal es necesaria, las reformas estructurales son necesarias en muchos de estos países (europeos), pero lo que aprendimos de nuestra experiencia en Estados Unidos (…) es que la mejor manera de reducir los déficits y restaurar la solidez fiscal es crecer», señaló.
El riesgo de otra década pérdida
En este contexto, Varoufakis visita Londres, segunda escala de una gira europea que le ha llevado a París y que continuará el martes en Roma y, en fecha por concretar, en Alemania.
Aunque el Reino Unido no es miembro de la Eurozona, y su gobierno conservador apostó también por los recortes y la austeridad para recuperar el crecimiento, Grecia recibió el miércoles el apoyo indirecto del poderoso gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney.
Carney advirtió que la política de austeridad de la Eurozona podría traer «una nueva década pérdida» y pidió que los países ricos ayuden a los pobres.
En un discurso en Dublín, el gobernador lamentó que la instauración de una misma moneda no diera lugar a la creación de mecanismos para compartir costes si uno de los países atraviesa problemas.
Carney abogó por la construcción «de instituciones que permitan compartir riesgos, como las que existen en las uniones monetarias de éxito».
Grecia no quiere nuevos créditos de sus principales acreedores -Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea- hasta que se reestructure la deuda ya existente y pide una cumbre europea para abordar el problema.
«No es que no necesitemos el dinero, estamos desesperados», dijo Varoufakis en una conferencia de prensa con su par francés Michel Sapin. «Lo que quiere este gobierno es acabar con esta adicción», aseguró.
La canciller alemana Angela Merkel descartó el sábado cualquier idea de quita de la deuda, en su mayoría en poder de Estados europeos.
«Ya hubo una quita voluntaria de los acreedores privados, los bancos ya renunciaron a miles de millones de euros en deuda griega», justificó la dirigente en una entrevista al Hamburger Abendblatt.
«No veo una nueva quita de la deuda», añadió.