Por Sophie Makris
Atenas/AFP
Grecia intentaba este lunes volver a la normalidad económica con la reapertura de los bancos después de tres semanas de cierre y el inicio del proceso de pago de sus deudas al BCE y el FMI, el mismo día en que entró en vigor una importante subida del IVA.
Las sucursales de los bancos del país comenzaron a recibir por la mañana a los clientes que se presentaban en la ventanilla, aunque la afluencia no era excepcional, constató la AFP.
Aunque los servicios bancarios siguen siendo restringidos, se puede volver efectuar compras en el extranjero y, en el caso de los que tienen que pagar tratamientos médicos o sus estudios fuera de Grecia, hacer transferencias al exterior.
Algunos esperaban algo más. Grigoris, un jubilado de 76 años, deseaba sacar de una vez el importe máximo autorizado hasta el viernes, 300 euros para cinco días.
«Me han explicado que debía esperar hasta el final de la semana para retirar esa cantidad», explicó decepcionado.
Luka Katseli, presidenta de la Unión de Bancos Griegos y del Banco Nacional de Grecia, una de las cuatro principales entidades helenas, llamó a los usuarios a traer sus ahorros a los bancos para contribuir a la solvencia del sistema.
«Si sacamos el dinero de nuestras cajas fuertes y de nuestras casas, donde, de todas formas, tampoco está seguro, y lo traemos a los bancos, reforzamos la liquidez» de la economía, declaró a la cadena Mega, recordando que cerca de 40.000 millones de euros habían sido retirados desde diciembre, degradando considerablemente la situación.
El IVA sube 10 puntos
El IVA pasó el lunes del 13% al 23% para los alimentos envasados y la restauración, pero también para las tarifas de los taxis, los preservativos o los servicios funerarios.
Por el contrario, permanecerá intacto en hostelería y ligeramente reducido al 6% para los medicamentos, los libros y los espectáculos.
El gobierno espera ingresos suplementarios anuales de unos 2.400 millones de euros a partir de 2016, y de 795 millones este año.
El parlamento griego aprobó el miércoles esa subida, incluida en el acuerdo firmado con los acreedores hace una semana en Bruselas a cambio de un nuevo plan de ayuda, el tercero desde 2010.
En otro signo de normalización, Grecia empezó también el lunes el proceso de pago de 4.200 millones de euros al Banco Central Europeo (BCE) y de otros 2.000 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI), indicó una fuente ministerial.
El reembolso a sus acreedores ha sido posible gracias al crédito puente de 7.160 millones de euros que el viernes la Unión Europea concedió al país.
Pese a todo, la canciller alemana Angela Merkel reiteró el domingo su oposición a una quita «clásica» de la deuda griega, al considerar no es posible dentro de la unión monetaria.
«Grecia ya ha obtenido un alivio», declaró. «Si la evaluación del programa que debe ser negociado tiene éxito, podremos volver a hablar» de ello.
Por primera vez desde hace meses, los expertos del Banco Central Europeo, del Fondo Monetario Internacional y de la Comisión Europea, anteriormente conocidos como «troika», y que simbolizan para los griegos la puesta bajo tutela de su país, viajarán a Grecia esta semana para evaluar el estado de una economía castigada por las restricciones financieras.
Semana crucial para Tsipras
La semana también será crucial para el futuro del primer ministro Alexis Tsipras. El acuerdo de Bruselas exige que el miércoles se voten nuevas reformas sobre justicia civil y legislación bancaria.
Según el diario Avgi, cercano a su partido, Syriza, el primer ministro quiere convertir ese nuevo voto en una moción de confianza y dimitir si las defecciones aumentan.
El miércoles pasado perdió 39 votos de los 149 diputados de su partido de izquierda radical después de que ciertos diputados consideraran que había traicionado al ‘no’ surgido del referéndum del 5 de julio, en el que los griego votaron contra una continuación de las políticas de austeridad.
«Lo que me preocupa es ver que algunos [dentro de Syriza] continúan afirmando que saliendo del euro podemos detener la austeridad», dijo el ministro de Estado Nikos Pappas, brazo derecho de Tsipras, en declaraciones al periódico Ephimerida Ton Syndakton.
Tsipras ha tenido que encajar incluso las críticas del premio Nobel de Economía Paul Krugman, uno de los mayores críticos a las medidas de austeridad impuestos a Atenas: «Quizá sobrestimé la competencia del gobierno griego», dijo en una entrevista reciente.
Los acreedores, por su parte, y una vez superen sus diferencias, deben poner en marcha un nuevo plan de ayuda a Grecia de más de 80.000 millones de euros.