Por Frank Zeller
Berlín/AFP
Greenpeace reveló el lunes documentos de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea, que podrían complicar aún más un acuerdo denunciado por poner los intereses corporativos por encima de los sanitarios o medioambientales.
La Comisión Europea no tardó en reaccionar, atribuyendo las acusaciones a «malentendidos» y asegurando que Europa «nunca rebajará su nivel de ambición» en dominios tan sensibles.
Greenpeace colgó de su sitio internet 248 páginas de material confidencial sobre la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés), que se convertiría en el mayor tratado planetario de libre comercio.
«Ese tratado amenaza con tener implicaciones a largo plazo para el entorno ambiental y la salud de los 800 millones de ciudadanos de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos», subrayó Greenpeace al presentar los documentos en Berlín.
Washington y Bruselas pretenden alcanzar un acuerdo este año, antes del fin del mandato del presidente Barack Obama, pero las conversaciones encuentran cada vez más reservas a ambos lados del Atlántico.
En Europa se teme que el TTIP favorezca ante todo a las grandes empresas, en detrimento de las normas de protección social, ambiental y de consumo. Y en Estados Unidos enfrenta una creciente resistencia proteccionista.
Greenpeace asegura que el texto prevé la supresión de normativas europeas en áreas como las de la alimentación o la aprobación de productos químicos peligrosos, para facilitar el comercio bilateral.
«El TTIP es una gigantesca transferencia de poder de los ciudadanos a los grandes negocios», afirmó Greenpeace, que proyectó imágenes de los documentos secretos sobre la fachada del Parlamento alemán.
‘Peor que los pronósticos sombríos’
Según Greenpeace, las páginas publicadas representan las dos terceras partes del borrador elaborado después de la última ronda de negociaciones en abril y cubren gran cantidad de sectores, desde la agricultura a las telecomunicaciones, pasando por la industria automovilística.
El diario alemán Sueddeutsche Zeitung, que se había procurado los documentos con antelación, afirmó que su contenido «muestra que los temores de los adversarios [del TTIP] no carecen de fundamentos» y que «la realidad de las negociaciones es peor que la de esos pronósticos sombríos».
El rotativo de Múnich indica que Estados Unidos se dice dispuesto a flexibilizar la importación de automóviles europeos para obtener contrapartidas para exportar más productos agrícolas a Europa, que podrían incluir organismos genéticamente modificados (OGM).
El Sueddeutsche Zeitung -uno de los diarios que publicó las revelaciones sobre los papeles de Panamá relacionados con la evasión fiscal a escala planetaria- asegura que los defensores del TTIP «ignoran el contenido de las negociaciones o quieren dejar en la oscuridad al público».
El periódico apunta en particular a una cláusula del TTIP que permitiría a las multinacionales recurrir a instancias arbitrales privadas para demandar a gobiernos por presuntos obstáculos a la libre competencia.
Bruselas y Berlín habían afirmado que esa propuesta había quedado fuera de la agenda, pero el diario asegura que «eso no es verdad», dado que «Estados unidos rechazó» excluirla de las negociaciones y que el tema aún no se había abordado seriamente.
‘Malentendidos’, según Bruselas
La Comisión Europea (el ejecutivo de la UE) lamentó las filtraciones y atribuyó las polémicas a «malentendidos».
«Ningún acuerdo comercial de la UE rebajará el nivel de protección de nuestros consumidores, de la seguridad alimentaria o del medioambiente», declaró la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström.
«Los tratados comerciales no modificarán nuestra legislación sobre los OGM, sobre la manera de fabricar carne vacuna respetando las normas de seguridad ni sobre la manera de proteger el medioambiente», agregó Malström en una nota publicada en su blog.
Estos documentos «reflejan las posiciones de cada parte, nada más. Y no debería causar sorpresa que haya partes en que la UE y Estados Unidos tengan diferentes puntos de vista», señaló.
El jefe de los negociadores europeos, Ignacio Garcia Bercero, afirmó que algunas de las declaraciones de Greenpeace sobre estos documentos «son erróneas».
«Los documentos no agregan nada a las posiciones conocidas de la UE», aseguró.