Marsella/Francia/dpa
La selección francesa de fútbol quedó hoy a un paso de hacer realidad el sueño de ganar una nueva Eurocopa en su casa al tumbar en Marsella a la poderosa Alemania por 2-0 con un Antoine Griezmann prodigioso.
El delantero del Atlético de Madrid marcó de penal en el descuento de la primera parte y cerró después el duelo en el 72′ para enviar a la selección anfitriona a la final del domingo en el Stade de France de París, en la que se medirá al Portugal de Cristiano Ronaldo.
Francia superó con nota su primer gran examen en el torneo. Esta vez el rival no era Irlanda o Islandia, en el Stade Vélodrome esperaba Alemania, la campeona del mundo, el equipo más fiable, la selección que ganó los nueve últimos partidos que jugó ante un anfitrión en grandes torneos.
La «Nationalmannschaft», que buscaba alargar su dominio tras haber conquistado el Mundial de Brasil, fue reducida a cenizas por una Francia paciente, valiente y eléctrica al contragolpe a lomos de Griezmann, máximo goleador del torneo con seis tantos.
Francia podrá ganar el domingo en París el cuarto título de su historia y el tercero en su propio suelo tras la Eurocopa 1984 y el Mundial 1998.
El diario «L’Equipe» había calificado a Alemania como «el Everest» del fútbol, mientras que el seleccionador francés, Didier Deschamps, aseguró que su rival de hoy era «el mejor equipo del mundo». Pero a Alemania le faltó pegada en Marsella, toda la que tuvo Francia.
Pese a recuperar a N’Golo Kante y Adil Rami, suspendidos para los cuartos de final, Deschamps optó por el mismo once que aplastó 5-2 a Islandia, con Samuel Umtiti en el medio de la defensa y Moussa Sissoko en el medio del campo junto a Paul Pogba y Blaise Matuidi. Todo músculo.
La Alemania de Löw, que recuperó el sistema 4-3-3 con Emre Can como principal novedad, fue lo contrario. Finura con el balón, paciencia frente al vértigo galo.
Los papeles de ambos equipos quedaron expuestos en los primeros minutos. Alemania quería la pelota y llegar a la meta francesa a través de la posesión y el orden táctico. A Francia le quemaba el balón en los pies, era todo ímpetu.
Se esperaba que el partido de Marsella ofreciera más fútbol que el Portugal-Gales, decidido con tres minutos geniales de Cristiano Ronaldo. Una semifinal compensó la otra.
Fue Francia la primera que avisó con un disparo de Griezmann en el minuto 7. Una gran estirada de Neuer, que sacó el balón con la manopla izquierda, evitó el gol.
Esa jugada trenzada por Francia en campo rival fue un espejismo. No volvieron «Les Bleus» a tocar con esa comodidad cerca de la portería germana. Sólo tenían dos caminos: la velocidad y el balón parado. Gracias a lo primero llegó la primera gran ocasión, cuando Olivier Giroud desperdició una cabalgada en solitario en la que bien pudo pasar a Griezmann.
Y con la pelota parada llegó el gol. Un córner botado desde la derecha fue rematado por Evra y desviado con la mano por Schweinstegier. El capitán cometió un error juvenil, saltar con la mano arriba, el mismo que casi condena a la «Mannschaft» en cuartos ante Italia con Boateng como protagonista.
Griezmann, máximo goleador de la Eurocopa, agarró la pelota y pareció no temblar pese a haber fallado un penal el 28 de mayo en la final de la Liga de Campeones. El delantero del Atlético de Madrid engañó a Neuer y situó a Francia a 45 minutos de la final.
Alemania había hecho méritos para no irse al vestuario por detrás en el marcador. Sin embargo, fue incapaz de trasladar su dominio abrumador de la posesión en ocasiones claras de gol.
El equipo de Löw recibió una mala noticia en el minuto 60, cuando Boateng se lesionó y tuvo que ser sustituido por Skhodran Mustafi. La pareja de centrales titular vio así el final del partido desde la grada, pues Mats Hummels no pudo ni vestirse de corto al estar sancionado.
Viendo que Alemania seguía dominando pero sin crear peligro, Löw quitó del campo a Can y metió a su talismán Mario Götze, el hombre que marcó hace dos años el gol de la final del Mundial de Brasil.
Pero no fue Götze el que marcó la diferencia, sino de nuevo Griezmann tras un tremendo error defensivo de Alemania. Los galos robaron un balón dentro del área germana, Pogba centró y Neuer despejó forzado. Tanto, que dejó el balón en el punto de penal para que Griezmann lo empujara con inteligencia. Sexto gol en seis partidos en su primera Eurocopa.
Alemania lo intentó en los minutos finales: Kimmich mandó un balón a la escuadra, Draxler disparó una falta cerca del palo y Lloris sacó una mano prodigiosa en el descuento a un remate de cabeza. Pero no era el día de Alemania, era el día de Francia, el día de Griezmann.