Kazán/Rusia/AFP
Si Francia llega al Mundial con altas expectativas es en gran medida por la enorme calidad de sus atacantes: los Bleus confían especialmente en su estrella, Antoine Griezmann, y también en el joven Kylian Mbappé para brillar en el torneo, empezando ya por el debut del sábado contra Australia.
Griezmann, la hora ha llegado
Antoine Griezmann, de 27 años y con 54 partidos como internacional (20 tantos), ha rechazado durante mucho tiempo reconocer abiertamente su papel de líder de los Bleus. En el Mundial de Rusia la gran responsabilidad recaerá lógicamente en el máximo goleador (6 tantos) de la Eurocopa-2016, al que el seleccionador Didier Deschamps presenta regularmente como su «líder técnico».
Por primera vez, ‘Grizou’ pareció asumir su estatuto de estrella del equipo este martes ante los periodistas: «Así no me van a hacer la pregunta en la próxima conferencia de prensa».
«Puede decir que no le gusta ser el líder, pero sabe muy bien cuál es su papel», subraya su excompañero en la selección francesa, Rio Mavuba, preguntado por la AFP. «Todos los grandes equipos tienen un gran jugador arriba, un goleador. Hoy es Antoine», afirmó.
Justo antes de arrancar su Mundial, Griezmann ha dado por terminado un ‘culebrón’ en el que era el protagonista, el de su futuro. El jueves anunció ya que continuará en el Atlético de Madrid el próximo curso, poniendo fin a las especulaciones que le situaban cerca del Barcelona.
Con esa página ya pasada, Griezmann intentará ahora empezar a escribir otra nueva en este Mundial.
Mbappé ¿la gran eclosión?
A su lado en el ataque de los Bleus, el otro hombre de referencia para Deschamps tiene apenas 19 años y 15 partidos como internacional: Kylian Mbappé, una promesa que ya es una realidad.
El jugador del París Saint-Germain cumple ahora «un sueño de infancia» vistiendo la camiseta azul de su país en un Mundial y llevando el número 10, el mismo que Michel Platini o Zinedine Zidane.
Para muchos podría suponer una presión añadida, pero a él parece que le motiva todavía más.
«Tiene mucha ambición. Todo lo que ha vivido es difícil de digerir, pero él tiene una gran capacidad para absorber todo lo que le pasa. Tiene 19 años y medio. Está en la selección francesa y en el París Saint-Germain. Tiene ya una consideración, un traspaso (180 millones de euros hace un año para pasar del Mónaco al PSG), ha vivido muchas cosas buenas y sigue en pie», celebra Guy Stéphan, la mano derecha de Didier Deschamps.
«No tengo realmente otros ejemplos de jugadores con su edad, por mucho que me impresionaran en el 2000 Thierry Henry y David Trezeguet, pero él es todavía más precoz», añade en declaraciones a la AFP.
El cuerpo técnico tiene especial cuidado con Mbappé, como quedó patente el martes en el entrenamiento, cuando Adil Rami le dio un golpe en el tobillo izquierdo. Automáticamente se decidió que el delantero interrumpiera la práctica, pese a que no parecía grave, para evitar cualquier problema.
El propio Mbappé aclaró el miércoles que está «al 100%».
En sus siete últimos partidos con la selección, Mbappé ha sido decisivo siete veces (3 goles y 4 asistencias), incluyendo un doblete en un partido amistoso contra Rusia en San Petersburgo (3-1) en marzo.
Esta vez, de nuevo en Rusia, las cosas se ponen todavía más serias: el Mundial, veinte años después del único título francés en la competición, es la joya de la corona.
En aquel julio de 1998, Griezmann tenía apenas 7 años, pero Mbappé ni siquiera había nacido.