El 8 de agosto de 2017 debe recordarse como una fecha de deshonra para la historia latinoamericana, y una ofensa para los libertadores de América, sobre todo Simón Bolívar y José Martí. Y es que en esa fecha, en Lima, capital del Perú, se conformó lo que hoy conocemos como el Grupo de Lima, un organismo regional al servicio de los intereses más nefastos del imperialismo norteamericano, es decir, este grupo se ha convertido, nuevamente, en el patio trasero del imperio.
Qué vergüenza deben sentir los patriotas de Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y los mismos peruanos, entre otros, cuando sus gobiernos se han puesto al servicio del gobierno de Donald Trump, para no solo destruir el proceso socialista en marcha en la República Bolivariana de Venezuela, sino también para socavar los gobiernos de izquierda de América Latina y continuar con el bloqueo a la heroica Cuba.
Solo los doce países que conforman el Grupo de Lima, a excepción de México, reconocieron al presidente de facto de Venezuela, Juan Guaidó, autoproclamado presidente interino de Venezuela, a mediados de la semana pasada, impuesto por supuesto por los Estados Unidos, convencidos que al nombrarse habría un golpe de Estado contra el presidente legítimo Nicolás Maduro.
Pero Maduro, que fue reelecto presidente con el 60 % de los votos en las elecciones de mayo del año pasado, no solo ha contado con el respaldo popular, sino también con el de la Fuerza Armada Bolivariana, leales a la patria y los ideales de Simón Bolívar, con lo que ha impedido el golpe y mantiene intacto su Gobierno y la Soberanía.
Mientras que los traidores de la patria y proimperialistas se han mantenido en la Embajada de Colombia, un país del Grupo de Lima, y que con sus gobiernos de derecha han seguido la plana que les ha dictado el pentágono.
Es una vergüenza también que en El Salvador los medios de comunicación de derecha se decantaran por el presidente impuesto en Venezuela, resaltando el reconocimiento de los mandatarios del Grupo de Lima y desconociendo que 180 naciones del mundo seguían reconociendo el Gobierno de Maduro.
Maduro debe resistir, los venezolanos deber resistir los embates del imperio y esforzarse por nuevas medidas hacia el socialismo que les trazó el comandante Hugo Chávez, y de esa forma derrotar a sus vecinos genuflexos a los intereses de Estados Unidos, y con ello alentar a los movimientos y partidos de izquierda de América Latina y del mundo.