Madrid/AFP
La Cumbre Iberoamericana en Cartagena servirá para que los países de la región den un renovado apoyo a la paz en Colombia luego del rechazo en plebiscito al acuerdo con las FARC, estimó este martes la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan.
Creíamos «que esta iba a ser la cumbre de la paz, ahora va a ser la cumbre por la paz», señaló Grynspan en un encuentro con empresarios en Madrid, en referencia al cónclave que reunirá en la ciudad colombiana a jefes de Estado y Gobierno regionales el 28 y el 29 de octubre.
«La Cumbre de Cartagena será una oportunidad extraordinaria para que los gobiernos de la región reiteren su apoyo al pueblo colombiano y a la paz, como uno de los valores centrales sobre los que debe descansar nuestro futuro», indicó la funcionaria costarricense.
Una estrecha mayoría de los colombianos rechazó en un plebiscito el 2 de octubre los acuerdos de paz firmados en Cartagena por el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC, tras casi cuatro años de negociaciones en Cuba.
Desde entonces, las partes han reiterado su disposición a revisar lo acordado, mientras mantienen el cese al fuego bilateral.
«Llegó el momento de la política, tienen que sentarse los líderes tanto del campo del ‘Sí’ y el ‘No’ (…) para no perder la oportunidad que ha costado mucho construir para Colombia», alentó Grynspan.
América Latina llega a la XXV Cumbre Iberoamericana tras décadas de avances sociales pero en medio de una situación económica delicada, «que está revirtiendo algunos de los logros que hemos tenido en los últimos 15 años», advirtió.
En la región, un 28% de la población vive aún bajo el umbral de pobreza y uno de cada cinco jóvenes sigue excluido de los sistemas educativo y laboral, indicó Grynspan.
«La reversión de los logros tiene a la población de mal humor», lamentó, en referencia a las protestas de los últimos años en países como Brasil.