Ciudad de Guatemala/AFP
Comunidades guatemaltecas afectadas por la contaminación hídrica que producen las plantaciones de palma africana, thumb acudirán a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para pedir justicia, informaron este miércoles dirigentes locales.
«Las comunidades afectadas por el monocultivo estamos pidiendo que se eleve el caso a la Comisión de Derechos Humanos en Washington», afirmó en rueda de prensa el dirigente comunitario, Saúl Paau.
Paau explicó que desde el 2011 las comunidades presentaron una serie de denuncias ante la Fiscalía por el desvío de ríos, la contaminación de aguas y la coacción a líderes, pero que hasta el momento «no han tenido ningún eco».
«Damos un mes al Ministerio Público (Fiscalía) y al Estado para que responda y empiece a hacer las primeras persecuciones penales y deducciones de responsabilidad», agregó el activista.
Los dirigentes pertenecen a comunidades rurales, mayoritariamente de ascendencia indígena, cercanas a grandes plantaciones de palma en el norte y sur del país.
Mientras tanto, las empresas «siguen contaminando ríos y destruyendo el ambiente», acotó.
Paau aseguró que existe «una corresponsabilidad del gobierno que se confabulan con las empresas», pues la mayoría opera sin tener licencia o estudios de impacto ambiental.
«Tenemos una lucha contra un modelo económico, específicamente el monocultivo de palma africana, que no solo daña la vida humana, sino que atenta contra la naturaleza y compromete el futuro de las nuevas generaciones del país», puntualizó.
Margarita Osorio, otra de las dirigentes, comentó que la demanda internacional es necesaria porque la contaminación ha dejado a las comunidades sin agua potable.
El pasado 21 de julio, el Sistema de Naciones Unidas en Guatemala lamentó el desastre ecológico causado por la contaminación de un río con pesticidas usados en la producción de aceite de palma africana, que afectó a miles de personas en el norte del país.
A principios de junio pasado se dio a conocer la contaminación del río La Pasión, en el departamento de Petén, fronterizo con México, a causa de una mortandad de miles de peces que las autoridades calificaron de «ecocidio».
El desastre afectó a unas 23 especies de peces y se estudia el daño que pudieron sufrir 21 variedades de mamíferos, aves y reptiles, según el estatal Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap).
Datos oficiales indican que en Guatemala están cultivadas unas 130.000 hectáreas de palma africana, principalmente en el norte y sur del país.