Rolando Alvarenga
@Bachiboxx55
Luego de cinco meses de entrenamiento en Japón, Gustavo López, judoca de los 73 kilos, retornó al país el fin de semana anterior.
López aprovechó el tiempo al máximo para aprender nuevas técnicas, fortalecer la parte física y aprender sus primeras palabras en japonés.
A través de gestiones de la FESAJUDO ante la Agencia de Cooperación Internacional de Japón, el judoca “tineco” viajó en febrero a Japón acompañado del instructor y voluntario de la JICA, Ishizaki Shintaro, para una base de entrenamiento de un mes, pero por motivos de la pandemia ya no pudo regresar en la fechas antes mencionada y su permanencia se prolongó por cuatro meses más.
Diario Co Latino abordó a Gustavo López para conocer de primera mano sus impresiones, tras volver a la tierra que lo vio nacer.
«La mayor parte de mi base de entrenamientos estuvo en el gimnasio de la Universidad de Budai, una de las mejores, históricas y más prestigiosas en aquel país. Fue una experiencia inolvidable porque deportivamente hubo mucho trabajo fuerte y aprendí mucho de ellos que, en su oportunidad, espero poner en práctica en la alta competencia. Me llamó la atención que el respeto y la disciplina son valores bien fundamentales en la formación cultural de ellos», expresó López.
Asimismo, dijo que con el maestro Shintaro tuvieron la oportunidad de realizar varias visitas culturales y deportivas en Tokio; entre ellas, al Dojo del Kodokan, sede central de la Comunidad Mundial del Judo, fundada por Jigoro Kano, legendario creador de esta disciplina.
El atleta tineco manifiestó que, siempre con una sonrisa de cortesía por delante, la amabilidad de los japoneses es una característica muy especial ante propios y extraños.
Con respecto al idioma, Gustavo López dijo que es un idioma extremadamente raro, logró retener las palabras como: Ohayogozaimasu (buenos días); Konnichiwa (buenas tardes); Oyasumi (buenas noches) y Arigatogozaimashita (muchas gracias). «Aprendí estas palabras con su respectiva reverencia, porque el saludo y la cortesía son dos cualidades culturales que pequeños, adultos y mayores deben poner en practica siempre que se encuentren con familiares o extranjeros», explicó el judoca López.